Pero la gente no es considerada justa
por sus acciones sino por
su fe en Dios, quien perdona a los pecadores.
Romanos 4:5, NTV
Bajo el nuevo pacto de gracia, la
rectitud –ser justo– no se trata de obrar correctamente, sino de creer
correctamente. Esta es una verdad fundamental del evangelio que es muy importante para nuestro
caminar victorioso en Cristo.
Tú no
eres justo –recto– basado en cuan correcto eres moralmente. Tú no eres justo porque lees cinco capítulos
de la Biblia diariamente. Tú no eres
justo porque vas a la iglesia o porque donas a las obras de caridad. Si bien todo lo anterior es bueno, esto no es la base de tu justicia como
creyente ante Dios. Tú eres justo porque crees correctamente que Jesús es tu Señor y
Salvador.
Ahora,
el enemigo va a apuntar hacia tus faltas
y va a llamarte hipócrita por pensar que
tú eres justo –recto. Es allí cuando tú necesitas ver hacia la cruz
y decir: “Yo soy justo no por lo que hago.
¡Yo soy justo porque la sangre y la obra terminada de Jesús en la cruz
me ha hecho justo delante de Dios!”
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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