Medita Y Cree Correctamente
¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado? Romanos 2:4, NTV
Seguramente disfrutas la
historia del pequeño Zaqueo, que se había subido a una higuera sicómoro con la
esperanza de ver a Jesús mientras Él pasaba por allí. (Lucas 19:1-10) Zaqueo era un cobrador de impuestos corrupto,
un pecador rico. Pero cuando Jesús le
habló, en lugar de darle los Diez Mandamientos, Jesús le mostró gracia (favor
inmerecido) y se invitó a Sí Mismo a la casa de Zaqueo. Por supuesto, la gente religiosa de la
multitud estaba disgustada y murmuraba, diciendo: “Fue a hospedarse en la casa de un pecador de mala fama.” (Lucas
19:7)
Ahora, observa lo que sucedió en la casa de
Zaqueo. Antes de que terminara la cena,
Zaqueo estaba dando su riqueza a los pobres y restituyendo a aquellos a quienes
había defraudado, y Jesús estaba proclamando salvación sobre la casa de Zaqueo.
Creo que fue el Espíritu Santo quien puso esta
historia al lado de la del joven rico. No
creo que las dos historias del Evangelio de Lucas hayan sucedido en orden
cronológico. Pero creo que el Espíritu
Santo los colocó en este orden divino para mostrarnos los efectos contrastantes
de estar bajo el pacto de la ley y estar bajo el pacto de la gracia.
Cuando el joven rico llegó jactándose de
guardar la ley, Jesús respondió con la ley y el joven se alejó triste. (Mat.
19:22) Pero cuando Jesús no dio ninguna
ley y mostró Su gracia, esta no solo abrió el corazón de Zaqueo, sino también
la billetera de un cobrador de impuestos que alguna vez fue corrupto. ¡Ese es verdaderamente el poder de la gracia! Esta lo lleva a uno al verdadero
arrepentimiento. Verás, cuando
experimentas la gracia de Dios, tú no puede evitar ser generoso.
Después de que Jesús derramó Su amor
incondicional y Su gracia en Zaqueo, su corazón se desbordó con el favor
inmerecido de Dios, un favor que no había ganado y del que no era digno. Zaqueo
sabía en el fondo de su corazón que, como pecador y colector de impuestos
corrupto, él no merecía que Jesús viniera a su casa. Pero la bondad de Dios superó sus expectativas
con creces. Y así como Pedro se puso de
rodillas cuando vio la bondad de Jesús, Zaqueo fue guiado al arrepentimiento
cuando experimentó la bondad de Jesús.
A diferencia del joven rico, Zaqueo sabía que no lo merecía y por eso Jesús
pudo derramar gracia sobre él. Verás el
papel de la ley es llevarte a un lugar donde tú sepas en términos inequívocos
que tú no puedes hacer nada para merecer la salvación y las bendiciones de
Dios, y cómo tú solo puedes confiar en Su gracia. Su gracia te dará todas las bendiciones que tú
necesitas y transformará tu vida. Amigo,
nuestro Padre celestial está esperando que abandonemos nuestros esfuerzos propios.
En el momento en que tú comiences a
arrepentirte de todas las obras muertas que has estado haciendo para tratar de
calificar y merecer la aceptación y las bendiciones de Dios, Dios derramará en
ti Su gracia abundante —Su favor inmerecido, no ganado y del que no somos
dignos.
Hoy, aparta los ojos de ti mismo y mírate
disfrutando del favor inmerecido de Dios bajo el nuevo pacto de gracia. Mírate perdonado y justificado con la justicia
de Jesús. Ocúpate con Él y Su gracia, y
como Zaqueo, tú serás transformado de adentro hacia afuera.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
Amén Señor Jesús 🙌🙏🏻
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