Inspiración De Gracia
En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño.” 1 Pedro 3:8-10Amado, quiero que veas que tus palabras son poderosas. Lo que tú hables sobre ti mismo puede cambiar
tu vida.
Permíteme
traer tu atención a la escritura de hoy. La Palabra de Dios es hermosamente clara. Si tú deseas amar la vida y ver días buenos,
todo lo que necesitas hacer es refrenar tu lengua de hablar mal.
Suena
sencillo. De hecho, puedes incluso debatir
que es demasiado simple. ¿Cuántos de nosotros realmente creemos que
nuestra lengua ejerce tanta influencia y poder sobre nuestro futuro, incluso
sobre nuestra vida diaria?
La lengua
parece diminuta e insignificante en comparación con el resto de nuestro cuerpo.
¿Cómo puede un órgano tan pequeño, que
no tiene ningún soporte esquelético, tener un efecto tan directo y pronunciado
en nuestro futuro?
Sin embargo,
la Biblia nos recuerda que no debemos despreciar la lengua simplemente porque
es pequeña: “Mirad también las naves;
aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo,
dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto
quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de
grandes cosas.” (Santiago 3:4-5)
En el
libro de Proverbios, Salomón también declara: “Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán
su fruto.” (Prov. 18:21) ¡Es
evidente que Dios no quiere que subestimes el poder de tus palabras!
Nota que
la cita del apóstol Pedro fue hecha en el contexto de nuestras relaciones con
las personas. A medida que eres transformado
por el evangelio de la gracia, Dios también quiere transformar tus relaciones
con las personas. Estas personas serían tu
cónyuge, tus hijos, tus padres, tus parientes, tus amigos, tus colegas, tus empleadores,
tus socios comerciales, ¡y cualquier otra persona con la que entres en
contacto!
Creo que
las personas que han sido tocadas por la gracia de Dios son portadoras de Su
Espíritu de humildad y gracia. Nosotros
no somos personas que pagan mal por mal, insulto por insulto. Somos
personas llamadas a ser una bendición dondequiera que vayamos. Esa es la revolución de la gracia en acción. Nuestro Señor Jesús primero transforma tu
relación con Dios de adentro hacia afuera, y esa gracia que tú has
experimentado se desborda en todas tus relaciones terrenales como un poderoso
maremoto.
Déjame
mostrarte algo muy interesante. La
palabra griega original para “bendición” en 1 Pedro 3:9 es eulogeo, que significa “hablar bien de” y es de donde obtenemos la
palabra “elogio.” ¡Esa es la clave para
pronunciar una bendición! ¡Cada vez que
tú hablas bien de algo, estás bendiciendo esa cosa y estás siendo una
bendición!
Así que,
habla bien de tu matrimonio, tus hijos, tu familia y tus amigos. Así es como vas a bendecirlos y serás una
bendición dondequiera que vayas. Bendice
tu cuerpo también, hablando bien de él —¡no andes diciendo que está
envejeciendo!
Habla
bien también de tu relación con el Señor. Llámate a ti mismo el amado del Señor. Declara Su protección, Su favor y Su justicia
sobre ti y tus seres queridos, y comienza a experimentar Sus bendiciones como
nunca antes. Cada vez que tú proclamas
Sus bendiciones sobre tu vida, estás tomando posesión de tu bendito lugar en
Cristo.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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