Inspiración De Gracia
“Y comerán la carne esa misma
noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas.
No comeréis nada de él crudo ni hervido
en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus
entrañas.” Éxodo 12:8-9
No te limites a
hojear el libro de Éxodo y verlo solo como un registro histórico
antiguo. Me encantan los pequeños detalles que el Espíritu Santo
registró y creo que cuando tú te tomes el tiempo para estudiar las Escrituras,
los ojos de tu entendimiento serán abiertos y vas a ver revelaciones de Jesús
que nunca antes habías visto, y experimentarás sanidad y
liberación. Me encanta ver a Jesús en la Pascua.
Por ejemplo, mira
las instrucciones de Dios en los versículos anteriores sobre cómo los
israelitas debían comer el cordero pascual. Se les dijo que no comieran
el cordero pascual crudo. ¿Cómo se aplica esto a
nosotros?
Cuando nosotros
participamos de la Santa Cena, no debemos concentrarnos en la vida de nuestro
Señor Jesús en la forma cruda antes de que Él fuera “quemado” por el fuego del
juicio de Dios en la cruz. Nosotros no deberíamos verlo a Él como un
bebé en un pesebre o como Él está registrado en los Evangelios antes de
la cruz.
Sí, Él es un gran
maestro y líder. Sí, Él es Dios encarnado. Él es
Emmanuel, Dios con nosotros. Y sí, Él vivió una vida perfecta, pero
no fue Su vida perfecta la que nos salvó. Fue Su sacrificio y muerte en la cruz.
En otras palabras,
nosotros necesitamos verlo “asado al fuego”. Eso es en
lo que debemos meditar cuando participamos de la Santa Cena.
A los hijos de
Israel también se les dijo que no comieran el cordero “hervido
en agua”. Yo creo que esto significa que nosotros no debemos
diluir o desinfectar lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz.
Debido a los azotes
y las palizas que Él sufrió antes de ser llevado al Calvario, la apariencia de
nuestro Señor, Su rostro, fue irreconocible en la cruz. Su
apariencia se estropeó más que la de cualquier hombre. (Isaías
52:14) Siempre que participes
de la Santa Cena, imagina a Jesús en la cruz y recuerda cómo Él sufrió por tu
perdón y sanidad.
Dios también les
dijo a los hijos de Israel que comieran el cordero “asado al fuego”. Esa es una imagen de Dios desatando el
fuego de Su juicio sobre Cristo.
El pecado tenía que
ser castigado, y mientras Jesús colgaba de la cruz, Él dijo: “¡Tengo
sed!” (Juan 19:28) porque el fuego de la santa venganza de Dios y Su
justa indignación contra nuestros pecados cayó sobre Él. Él se sometió al juicio de Dios, para que
tú y yo nunca estemos bajo el juicio de Dios. (Romanos 5: 9-11, NTV)
Debido a que
nuestros pecados han sido castigados en el cuerpo de nuestro sustituto, sería
injusto que Dios castigara los mismos pecados dos veces. Hoy la santidad de Dios y la justicia de
Dios están de nuestro lado, exigiendo nuestra justificación, exigiendo nuestro
perdón, exigiendo nuestra sanidad y exigiendo nuestra liberación.
La próxima vez que
participes de la Santa Cena y sostengas el pan en tu mano, mira Su cuerpo
quemado y herido por tus pecados y tus enfermedades en la cruz, y comienza a
caminar en los beneficios completos de todo lo que Él consiguió para ti en la
cruz.
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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