Inspiración De Gracia
… Y si alguno peca, Abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Él mismo es la propiciación
por nuestros pecados... 1 Juan 2:1-2
En estas fechas,
los judíos aún celebran Yom Kippur o el Día de la
Expiación. Como el nombre lo sugiere, este es un día apartado para
expiar los pecados de uno. Pero
para los cristianos, esta hermosa fiesta apunta a Jesús y lo que Él hizo por
nosotros en la cruz. Debido a Su sacrificio, todos nuestros pecados
ya fueron perfectamente expiados. Es por eso que si nosotros pecamos, sabemos que “Abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” Y Él mismo es
la propiciación por nuestros pecados.
Ahora bien, aquí no
dice que si alguno se arrepiente, Abogado tenemos para con el
Padre. Dice que si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre. En el momento en que un hijo de Dios
peca, inmediatamente, su
Abogado, Jesucristo, entra en acción para orar por él y protegerlo.
¿Qué hay del
arrepentimiento entonces?
La palabra
“arrepentimiento” es metanoia en griego, que significa cambiar
el pensamiento de uno. Por ejemplo, tú solías creer que Jesús era
simplemente un buen hombre. Luego, un día, te arrepentiste y creíste
que Él es el Hijo del Dios viviente, quien murió por tus pecados y resucitó al
tercer día, y con alegría lo tomaste como tu Salvador.
El arrepentimiento
bíblico no es la idea de golpearte o castigarte a ti mismo para expiar tus pecados. No
lo conviertas en una obra humana, como el hombre que acudió a un sacerdote para
confesar sus pecados. Cuando terminaron, el sacerdote le preguntó al
hombre: “Por cierto, ¿a qué te dedicas?” El hombre respondió: “Soy
un contorsionista,” y procedió a darle una demostración. Otro hombre
vino con el deseo de confesar sus pecados. Cuando vio al
contorsionista todo retorcido en el suelo, dijo: “¡Si esto es arrepentimiento,
olvídalo!” y salió corriendo.
Amigo, no hay
necesidad de escalar el Himalaya o azotar tu espalda hasta sangrar para expiar
tus pecados. Ninguna cantidad de autocastigo o llanto puede
expiarlos. Tus pecados ya
fueron castigados completamente en el cuerpo de Jesús. Solo Su obra
terminada satisface a Dios. ¡Así que cambia tu pensamiento y
simplemente cree que solo Jesús es la propiciación por tus pecados!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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