Inspiración De Gracia
“Ella ha hecho lo que ha
podido; se ha anticipado a ungir Mi cuerpo para la sepultura. Y en verdad os digo: Dondequiera que el
evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que esta ha
hecho, para memoria suya.” Marcos 14:8-9
Cuando se trata del
valor que nosotros le damos a Jesús, permíteme compartir contigo algo poderoso
que te hará crecer en tu relación con el
Señor y traerá una transformación
duradera en tu vida.
En el Antiguo
Testamento, el holocausto venía en tres tamaños —literalmente, grande, mediano
y pequeño. (Levítico 1:1-17) Los ricos traerían un novillo caro; los
de ingresos medios, un cordero; y los pobres, un par de palomas o tórtolas
fáciles de conseguir.
Ahora, aunque las
ofrendas eran diferentes en tamaño, en términos de valor para Dios, todas eran
iguales y aceptables para Él, porque todas le recordaban el sacrificio final y
perfecto de Su amado Hijo. Así que, ya fuera un novillo, un cordero
o un par de tórtolas, todos eran aceptados y asesinados, y su sangre era
derramada para expiar los pecados de los oferentes.
¿Cuál es el
significado de saber todo esto? Los
tres sacrificios de animales son en realidad tipologías de nuestra apreciación
de Jesús y Su obra terminada. Por ejemplo, muchos creyentes
tienen una revelación de Jesús del tamaño de un cordero. Ellos saben
que Jesús es el Cordero de Dios que lavó
sus pecados pasados con Su sangre.
Luego, hay algunos
cristianos que solo tienen una revelación de Jesús del tamaño de una
tórtola. Ellos lo ven como el
Hijo de Dios que descendió del cielo para morir por los pecados de la humanidad.
Y finalmente hay
creyentes que tienen una revelación del tamaño de un novillo acerca de Jesús y
Su sangre purificadora. Como el novillo era el más caro de los tres
sacrificios, estos creyentes son espiritualmente ricos porque tienen una
grande y profunda revelación de Jesús, de Su sangre, y de cómo los ha limpiado
de todos sus pecados.
De la misma manera
que los tres sacrificios eran aceptables para el Señor, nosotros, como
creyentes, somos todos aceptados ante
Sus ojos, sin importar cuál sea nuestra revelación y cómo valoramos a
Jesús. Pero Dios quiere que
tú crezcas de tener una revelación de Su Hijo del tamaño de una paloma, a
tener un aprecio por Él del tamaño de un novillo.
¿Por qué es esto
tan importante? Porque todo empieza de adentro hacia
afuera. Esa riqueza espiritual interna se traducirá en beneficios
externos de paz, estabilidad, gozo, provisión y victoria. En aquel
entonces, cuanto más rico se era, mayor era el tamaño de la
ofrenda. Hoy, cuanto mayor
sea tu revelación de Jesús, ¡más riqueza espiritual tendrás!
Amigo, cuando tú
estimas a Jesús, cuando lo adoras y te rindes a Él, esto trae una
transformación duradera no solo para tu vida. Como hemos visto con
María en las Escrituras de hoy, esto también tiene un efecto para las
generaciones venideras.
María derramó y le
dio lo mejor de ella al Señor, y
Jesús dijo que ella ungió Su cuerpo para la sepultura. Con Sus palabras, Jesús la envolvió para
siempre en el dulce incienso de Su alabanza para ella.
Hoy nosotros
seguimos hablando y honrando lo que María hizo por nuestro Señor hace dos mil
años. ¡Habla de tus buenas obras que tienen un efecto en las
generaciones venideras!
El tiempo que
dediques a estudiar a la persona de Jesús y a adorarle regresará a
ti. Tú experimentarás una
calidad de vida superior a tu imaginación más salvaje, cuando el Señor Jesús
esté en el centro de todo. ¡Y es por eso que la revolución de la
gracia se trata de tener un corazón para
Jesús!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario