Aliméntese Del Árbol De La Vida

Medite En

Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón.  Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo.

Proverbios 4:20-22

Cuando usted ve documentales o lee noticias sobre un determinado tema o problema, dese cuenta de que a menudo no se ofrece una solución real en ellos.  El programa o informe le compartirá a usted tanto lo bueno como lo malo, en función de ser objetivo, equilibrado y justo.  Así que, usted se dará cuenta de que realmente no gana nada, sólo un mayor conocimiento de lo que está bien y lo que está mal en relación al tema.

No estoy en contra de ver documentales o leer los periódicos.  Pero el problema de alimentar su mente y alma con el conocimiento del bien y del mal es que la mayoría de las veces, con mayor conocimiento de un tema, uno también se vuelve más confundido, preocupado o temeroso.

Mi consejo para usted es que pase el tiempo alimentándose de Jesús, quien es el árbol de la vida.  Cuando usted se alimenta de Él a través de Su Palabra, encontrará Su sabiduría, Su entendimiento, Su paz, Su alegría y Su favor inmerecido fluyendo en su vida.  Y si quiere ver la televisión o leer el periódico, sea selectivo.  ¡Cuide lo que entra a usted a través de las puertas de sus ojos y oídos!  Por ejemplo, si determinado programa produce temor en usted, ¡Apáguelo!

El Libro de Proverbios, que está lleno de la sabiduría de Dios, nos dice: “Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón.  Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo”.  Así que sintonícese con lo que Jesús está diciendo y no con lo que el mundo está diciendo.  Aliméntese de Sus palabras de vida y de Su amor y Su gracia para con nosotros, y el resultado será vida, sabiduría, paz y salud.  Sea prudente hoy, amigo, y sepa lo que es verdaderamente bueno y beneficioso para la plenitud de su cuerpo y mente!

Bendiciones,
Joseph Prince