No salga de vuestra
boca ninguna palabra mala,
sino sólo la que sea buena para edificación,
según
la necesidad del momento,
para que imparta gracia a los que escuchan.
Efesios 4:29
Como
creyentes en nuestro Señor Jesucristo, nuestras palabras tienen peso.
No es
de extrañar entonces que el apóstol Pablo nos advierte que “no salga de vuestra
boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación.” ¿Por qué?
Para que nosotros podamos “impartir gracia a los que escuchan.”
Ahora, “edificación”
aquí se traduce de la palabra Griega oikodome,
que se define por el Lexicon Griego de Thayer como “el acto de construir.” En otras palabras, cuando impartimos gracia a
las personas a través de nuestras palabras, las estamos construyendo.
Nosotros
podemos ser extensiones de la gracia de Dios hacia los demás, con sólo ser
misericordiosos en nuestras palabras para ellos. Y cuando hacemos eso, somos un reflejo de
nuestro Padre en el cielo, quien siempre es misericordioso hacia nosotros y
siempre nos levanta a través de Sus palabras de gracia.
Así
que, habla palabras de gracia a tu familia, a tus colegas, amigos, y a todas
las personas que se crucen por tu camino hoy, ¡y se la bendición que los
levante!
*
Pensamiento Del Día
“Nosotros
podemos ser extensiones de la gracia de Dios hacia los demás, con sólo ser
misericordiosos en nuestras palabras para ellos.”
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