Palabra
para el 2016
… Y la casa de Jacob volverá a tomar sus
posesiones. —Abdías 1:17
Ten tu fortaleza en el amor de tu Padre celestial por ti y toma tus
posesiones —buena salud, provisión, sabiduría, favor, protección, relaciones restauradas...
¡Toda bendición que ya fue pagada por nuestro Señor Jesús en la cruz!
Este es el
mensaje alentador que el Señor me dio para compartir con Su pueblo al iniciar
este año: “Toma Tus Posesiones en el 2016.”
Amado,
2016 es el año en que el Señor quiere sacarte de un lugar de estrés y
conflictos, preocupación y ansiedad, escasez y amargura, hacia Su tierra
prometida para ti, en la que tú vas a estar protegido y bien provisto. Y a través del estudio del relato bíblico de
los hijos de Israel a las puertas de entrar a su tierra prometida, Él nos
revela tanto Su corazón amoroso, como las claves que nosotros necesitamos para
caminar en Su visión para nosotros.
La
Escritura nos dice que cuando Dios sacó a los hijos de Israel de la esclavitud
en Egipto, Él ya tenía en mente y preparada para ellos, una tierra deliciosa y
productiva. Era una tierra en la que
fluye leche y miel, “una tierra que [ellos] no trabajaron y ciudades que
[ellos] no construyeron. [Ellos] vivieron en ellas y [ellos] se alimentaron de
viñedos y olivares que [ellos] no plantaron” (Josué 24:13, NVI).
En esta
tierra, el pueblo de Dios iría de recolectar ajos, cebollas y puerros
(alimentos de Egipto, que requerían de un trabajo agotador para conseguirse,
una imagen de provisión a través del trabajo arduo), a recoger y comer enormes
racimos de uvas, higos, aceitunas y granadas.
¿La
diferencia? Estas eran frutas que Su
pueblo podía solo alargar la mano, tomar y comer —una imagen de provisión
descansada. Y debido a que Dios ya les
había dado la tierra, todo lo que ellos tenían que hacer era ir y tomarla. Dondequiera que sus pies pisaran, cada cosa
buena ahí, era suya, para que la poseyeran y la disfrutaran.
Hoy, ésta
es también la intención y el deseo del corazón de Dios para nosotros —que nos
establezcamos plenamente en nuestra tierra prometida y poseamos toda la
provisión, protección, paz, relaciones restauradas, sanidad y salud que Él ya
ha preparado, ¡y con la que nos ha bendecido por medio de la cruz de Jesús!
¡Que
maravillosa promesa que podamos entrar a Su tierra prometida de descanso y
disfrutar de provisión abundante, productividad, y protección de Dios, sin
ningún tipo de trabajo agotador o esfuerzo estresante! Y como Dios nos muestra Su deseo y las
intenciones de Su corazón para nosotros, Sus hijos amados, Él también nos
muestra en esta misma historia del viaje de los israelitas a la tierra
prometida, las claves para tomar nuestras posesiones.
En Números
14, vemos cómo la mayoría dudosa de los hijos de Israel no creyeron en Dios, ya
que vieron y tenían miedo de los gigantes en la tierra. Solo Josué y Caleb vieron a los gigantes como
“pan comido,” porque los gigantes “no tienen quién los proteja, porque el Señor
está de parte nuestra” (Números 14:9, NVI).
Dios llamó
a su actitud tipo “confiemos en Dios y vayamos a tomar nuestras posesiones,” un
“espíritu diferente,” un espíritu de fe.
En dónde los otros 10 espías se vieron a sí mismos como langostas,
insignificantes e incapaces de manejar a los gigantes, Josué y Caleb vieron al
Señor más grande y más fuerte que los gigantes y suficientemente poderoso para
mantener Su promesa a ellos. Y debido a
que ellos tenían este espíritu diferente, ellos fueron los únicos dos de su
generación entre los israelitas que entraron a su tierra prometida. Los otros pasaron los siguientes 38 años
deambulando en el desierto debido a su infidelidad.
Este año,
el Señor nos está diciendo que nosotros vamos a tomar nuestras posesiones
simplemente descansando y confiando en un Dios que es más grande que cualquier
gigante que se interponga en nuestro camino, y confiando en Su Palabra que
detalla todas Sus promesas para nosotros.
Vamos a poseer nuestra victoria y nuestras bendiciones cuando veamos a
través de los ojos de la fe, más allá de los gigantes, a nuestro Dios que es
más grande y más fuerte, cuando veamos a nuestros gigantes como pan comido, y
escojamos descansar en Su obra terminada, que nos ha asegurado la victoria y
todas las bendiciones.
Así que, cualesquiera
que sean los gigantes en tu vida —una condición física, una adicción o atadura,
una situación en el hogar o en el trabajo, o solo el sentirte temeroso acerca
del futuro— tu Padre celestial te está diciendo: “No les tengas miedo.” Mira hacia Él y apóyate en Su amor para que
te lleve a tu tierra prometida, en donde vas a ver el cumplimiento de Sus
promesas en tu vida, y heredarás todo lo que Cristo murió para darte.
¿Y qué de
los gigantes que ves ahora o que pueden interponerse en tu camino? En vez de que ellos te devoren, ¡ellos serán
tu comida! Todo lo que tú necesitas para
superarlos ya fue provisto para ti por tu Padre celestial. Mientras tú miras hacia Él y recibes de Él,
Él los convertirá en “pan” —¡comida para fortalecer tu fe y hacerte crecer!
Querido
amigo, ¡que este año tengas una mayor revelación del amor de Dios por ti, una
intimidad más profunda y un caminar más cercano con el Señor, paz que sobrepasa
todo entendimiento, y gozo que se desborda, mientras entras a la tierra
prometida por Dios!
¡Prepárate
para tomar tus posesiones!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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