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martes, 26 de enero de 2016

TOMA TUS POSESIONES EN EL 2016


Palabra para el 2016
… Y la casa de Jacob volverá a tomar sus posesiones. —Abdías 1:17

Ten tu fortaleza en el amor de tu Padre celestial por ti y toma tus posesiones —buena salud, provisión, sabiduría, favor, protección, relaciones restauradas... ¡Toda bendición que ya fue pagada por nuestro Señor Jesús en la cruz!
Este es el mensaje alentador que el Señor me dio para compartir con Su pueblo al iniciar este año: “Toma Tus Posesiones en el 2016.”

Amado, 2016 es el año en que el Señor quiere sacarte de un lugar de estrés y conflictos, preocupación y ansiedad, escasez y amargura, hacia Su tierra prometida para ti, en la que tú vas a estar protegido y bien provisto.  Y a través del estudio del relato bíblico de los hijos de Israel a las puertas de entrar a su tierra prometida, Él nos revela tanto Su corazón amoroso, como las claves que nosotros necesitamos para caminar en Su visión para nosotros.
La Escritura nos dice que cuando Dios sacó a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto, Él ya tenía en mente y preparada para ellos, una tierra deliciosa y productiva.  Era una tierra en la que fluye leche y miel, “una tierra que [ellos] no trabajaron y ciudades que [ellos] no construyeron. [Ellos] vivieron en ellas y [ellos] se alimentaron de viñedos y olivares que [ellos] no plantaron” (Josué 24:13, NVI).
En esta tierra, el pueblo de Dios iría de recolectar ajos, cebollas y puerros (alimentos de Egipto, que requerían de un trabajo agotador para conseguirse, una imagen de provisión a través del trabajo arduo), a recoger y comer enormes racimos de uvas, higos, aceitunas y granadas.
¿La diferencia?  Estas eran frutas que Su pueblo podía solo alargar la mano, tomar y comer —una imagen de provisión descansada.  Y debido a que Dios ya les había dado la tierra, todo lo que ellos tenían que hacer era ir y tomarla.  Dondequiera que sus pies pisaran, cada cosa buena ahí, era suya, para que la poseyeran y la disfrutaran.
Hoy, ésta es también la intención y el deseo del corazón de Dios para nosotros —que nos establezcamos plenamente en nuestra tierra prometida y poseamos toda la provisión, protección, paz, relaciones restauradas, sanidad y salud que Él ya ha preparado, ¡y con la que nos ha bendecido por medio de la cruz de Jesús!
¡Que maravillosa promesa que podamos entrar a Su tierra prometida de descanso y disfrutar de provisión abundante, productividad, y protección de Dios, sin ningún tipo de trabajo agotador o esfuerzo estresante!  Y como Dios nos muestra Su deseo y las intenciones de Su corazón para nosotros, Sus hijos amados, Él también nos muestra en esta misma historia del viaje de los israelitas a la tierra prometida, las claves para tomar nuestras posesiones.
En Números 14, vemos cómo la mayoría dudosa de los hijos de Israel no creyeron en Dios, ya que vieron y tenían miedo de los gigantes en la tierra.  Solo Josué y Caleb vieron a los gigantes como “pan comido,” porque los gigantes “no tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra” (Números 14:9, NVI).
Dios llamó a su actitud tipo “confiemos en Dios y vayamos a tomar nuestras posesiones,” un “espíritu diferente,” un espíritu de fe.  En dónde los otros 10 espías se vieron a sí mismos como langostas, insignificantes e incapaces de manejar a los gigantes, Josué y Caleb vieron al Señor más grande y más fuerte que los gigantes y suficientemente poderoso para mantener Su promesa a ellos.  Y debido a que ellos tenían este espíritu diferente, ellos fueron los únicos dos de su generación entre los israelitas que entraron a su tierra prometida.  Los otros pasaron los siguientes 38 años deambulando en el desierto debido a su infidelidad.
Este año, el Señor nos está diciendo que nosotros vamos a tomar nuestras posesiones simplemente descansando y confiando en un Dios que es más grande que cualquier gigante que se interponga en nuestro camino, y confiando en Su Palabra que detalla todas Sus promesas para nosotros.  Vamos a poseer nuestra victoria y nuestras bendiciones cuando veamos a través de los ojos de la fe, más allá de los gigantes, a nuestro Dios que es más grande y más fuerte, cuando veamos a nuestros gigantes como pan comido, y escojamos descansar en Su obra terminada, que nos ha asegurado la victoria y todas las bendiciones.
Así que, cualesquiera que sean los gigantes en tu vida —una condición física, una adicción o atadura, una situación en el hogar o en el trabajo, o solo el sentirte temeroso acerca del futuro— tu Padre celestial te está diciendo: “No les tengas miedo.”  Mira hacia Él y apóyate en Su amor para que te lleve a tu tierra prometida, en donde vas a ver el cumplimiento de Sus promesas en tu vida, y heredarás todo lo que Cristo murió para darte.
¿Y qué de los gigantes que ves ahora o que pueden interponerse en tu camino?  En vez de que ellos te devoren, ¡ellos serán tu comida!  Todo lo que tú necesitas para superarlos ya fue provisto para ti por tu Padre celestial.  Mientras tú miras hacia Él y recibes de Él, Él los convertirá en “pan” —¡comida para fortalecer tu fe y hacerte crecer!
Querido amigo, ¡que este año tengas una mayor revelación del amor de Dios por ti, una intimidad más profunda y un caminar más cercano con el Señor, paz que sobrepasa todo entendimiento, y gozo que se desborda, mientras entras a la tierra prometida por Dios!
¡Prepárate para tomar tus posesiones!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince


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