Por
eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis
recibido, y os serán concedidas.
Marcos 11:24
Una señora ciega fue dirigida hacia un gran
evangelista de sanidades para oración. Después de que él había orado por ella,
le dijo: “Ahora, ¡dígame lo que ve!” Ella abrió sus ojos pero él le dijo:
“Cierre los ojos. ¡Dígame lo que ve!” Ella abrió sus ojos nuevamente, y él le
dijo: “No le he dicho que abra sus ojos. Le pregunté, ¿qué fue lo que vio?
¡Cierre sus ojos! Ahora, ¡dígame lo que ve!”
Esto se prolongó durante un tiempo, hasta que la
señora se dio cuenta de que el evangelista estaba preguntándole, ¿qué era lo
que había visto en su interior? ¿Acaso ella se veía a sí misma viendo?
Cuando ella comprendió esto, le dijo: “Me veo con vista.” Entonces el
evangelista le dijo: “Ahora, abre tus ojos lentamente.” ¡En ese momento,
ella abrió los ojos a una visión perfecta!
Cuando tú oraste hace un rato, ¿qué fue lo que
viste en tu interior? ¿Estabas orando por la sanidad de alguien, pero
viendo a esa persona en un ataúd? ¿Estabas orando por un rompimiento
financiero, pero viendo los bancos perseguirte hasta estar en quiebra?
Verás, uno no recibe lo que pide. Uno recibe lo
que cree que recibirá cuando ora. Jesús dijo: “Por eso os digo que todas
las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os
serán concedidas.”
Amado, “todas las cosas” incluye todas tus
necesidades. Y creer que las recibes viene antes de tenerlas. Una vez, Jesús le
dijo un centurión: “Vete; así como has creído, te sea hecho.” Y el
criado del centurión fue sanado en esa misma hora.” (Mateo 8:13). El
centurión creyó que él recibió su milagro, incluso antes de verlo en lo
natural.
Así que cuando tú oras, ¿qué es lo que realmente
crees y ves en el interior?
“Bueno, Pastor Prince, yo realmente no puedo ver.”
Entonces, no ores todavía. Primero, cambia tu
visión en el interior. Comienza a verte a ti mismo con la respuesta.
Mírate a ti mismo sano. Mírate a ti mismo viviendo en esa casa grande que
necesitas. Mírate a ti mismo disfrutándola totalmente. ¡Cuando tú ya puedas
verla y creerla, entonces ora en fe, y vas a tener todo lo que pidas!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
Pensamiento Del Día
No recibimos lo que pedimos al orar. Recibimos
lo que creemos y podemos vernos recibiendo cuando oramos.
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