Y habiendo
sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los
que le obedecen, siendo constituido por Dios Sumo
Sacerdote según el orden de Melquisedec.
Hebreos 5:9-10
Cuando Jesús
murió y resucitó, Él se convirtió en nuestro
Sumo Sacerdote. Pero nota que el
sacerdocio de Jesús es “según el orden de
Melquisedec”. ¿Por qué el sacerdocio
de Melquisedec?
Porque el sacerdocio de Melquisedec da al hombre (mientras que el
sacerdocio de Aarón toma del hombre).
Esto lo vemos cuando Melquisedec le da pan y vino a Abraham para
que se refresque del cansancio después de su batalla con los reyes enemigos
(Génesis 14:14-20). Así que, si el
sacerdocio de Jesús es según el orden de Melquisedec, ¡entonces es un
sacerdocio en el que podemos acercarnos
confiadamente a Su presencia para recibir de Él! (Hebreos 4:16).
Por otra parte, la primera palabra de la boca de
Melquisedec fue “Bendito” —“Bendito sea Abram...” (Génesis
14:19). El orden de Melquisedec es sólo eso —bendiciones. En otras palabras, ¡el sacerdocio de Jesús es un sacerdocio que nos bendice y nunca nos
maldice!
Así que, ¿estamos conscientes de lo que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote nos da todos
los días? ¿Estamos alerta a todas Sus bendiciones que vienen del cielo para nosotros
en la tierra?
Hoy en día, es fácil para nosotros creer a Dios por Sus bendiciones de la
creación. Por ejemplo, no tenemos
ninguna dificultad para creer que el sol saldrá cada mañana. Pero si bien no tenemos problemas para creer
en la obra de la creación, si los tenemos para creer en la obra de la redención. Algunas veces, nos resulta difícil creerle a
Dios por sanidad, provisión, favor, protección o restauración —bendiciones que Jesús murió para darnos. Y en realidad no creemos que todos los días, el Señor cuidará de nosotros, mantendrá
nuestro cuerpo sano y proveerá para todas nuestras necesidades.
Aunque, la creación ha caído. Y esto puede ser tanto una bendición, como una maldición. Algunas veces, surge una tormenta, con vientos
y lluvias fuertes que destruyen miles de hogares y de vidas. A veces, las nubes oscuras ocultan el sol y
hacen que todo el día sea sombrío.
Mi amigo, no
podemos poner nuestra confianza en la creación, pero sin duda podemos poner nuestra confianza en la
redención. ¡Y a diferencia de la
creación, las bendiciones de la redención
son todas buenas! La obra de Jesús
no está sujeta a las condiciones meteorológicas o cualquier otra cosa. La obra
de la redención es tan segura como Jesús mismo. ¡Él murió y resucitó para ser nuestro Sumo
Sacerdote que cada día nos colma de bendiciones!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
Pensamiento Del Día
El sacerdocio de Jesús que es según el orden de
Melquisedec, es un sacerdocio que nos bendice, ¡y nunca nos maldice!
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