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miércoles, 17 de agosto de 2016

Nada Es Muy Difícil Para Dios

 “¡Ah, Señor Dios!  He aquí, Tú hiciste los cielos y la tierra con Tu gran poder y con Tu brazo extendido; nada es imposible para Ti.”
 Jeremías 32:17

Nuestras mentes tienden a ver nuestros problemas como grandes o pequeños.  Incluso cuando oramos por los enfermos, decimos cosas como: “¿Tienes un dolor de cabeza?  No hay problema.  Vamos a orar por tu sanidad.”  Pero cuando se trata de cáncer, decimos: “Eh, vamos a comentarle esto al pastor.  Es mejor que él ore por ti.”  Consideramos los dolores de cabeza como pequeños problemas y el cáncer como un gran problema.
Pero esa no es la manera en que Dios piensa.  ¡No hay nada que sea difícil para Aquel que hizo los cielos y la tierra!  Con Dios, no hay tal cosa como un problema “grande”.  ¡De hecho, mientras “más grande” el problema, “más fácil” es para Él!  En la alimentación de los 5,000, solamente se requirió de cinco panes para alimentar a una multitud. (Mateo 14:15-21)  Sin embargo, en la alimentación de una menor multitud, de 4,000, se requirió de siete panes. (Mateo 15:32-38)
En el esquema humano de las cosas, la alimentación de más personas debía requerir de más panes.  Pero esto no es así con Dios.  Se requirió una menor cantidad de panes para alimentar a más personas.  Esta es la manera de Dios para decirnos que mientras “más grande” el problema, “más fácil” es para Él.  Yo no estoy diciendo que los pequeños problemas son difíciles para Dios.  ¡Pero es tan alentador pensar que es “más fácil” para Dios sanar el cáncer que los dolores de cabeza!
Imagina llegar a Dios con un gran problema.  “Entonces, ¿cuál es tu problema, hijo?”  Te pregunta Dios.  Tú le dices: “Padre, es una enorme  deuda financiera —no de miles, sino de millones!”  Él te dice: “Es sencillo.  Ya está cancelada”.
En otro escenario, Dios te pregunta: “Así que, ¿cuál es tu problema, hijo?”  Tú le dices: “Padre, he perdido mi trabajo y no puedo encontrar uno nuevo.  Ya estoy en mis cincuentas y no tengo la calificación necesaria”.  Él te dice: “No hay problema.  Considérate ya empleado.  Y en este nuevo trabajo, tú no sólo vas a tener un trabajo, también tendrás una posición”.
Amado, con Dios, nuestras situaciones nunca son un problema, ¡porque no hay nada que sea difícil para Él!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Con Dios, tu problema —pequeño o grande— nunca es un problema, ¡porque no hay nada que sea difícil para Él!


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