Y
levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: “Calla, enmudece.” Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Marcos 4:39
El pánico llenó la barca que la tormenta sacudía,
mientras el agua helada la golpeaba. En
cuestión de minutos, los discípulos gritaban a causa de los vientos
huracanados: “Jesús, ¿no te importa que
nos ahoguemos?”
Profundamente dormido en la barca, el Príncipe de Paz despertó y se puso
de pie ante el clamor de Sus discípulos.
Sin inmutarse ante el viento y
las olas, Él reprendió al viento y dijo al mar: “¡Calla, enmudece!” Inmediatamente, las aguas turbulentas se volvieron
tan quietas como el cristal.
Amado, si tú estás luchado con una situación
difícil en este momento, no te desanimes. El Príncipe de Paz habita en ti. No importa lo fuerte que sea la tormenta, ¡tú NO te estás hundiendo, tú estás yendo
SOBRE las aguas hacia el otro lado, de forma segura!
Cuando te sientas agobiado, solo clama a Él. Aliméntate de cómo Él es tu paz. Medita en cómo
Él está contigo y para ti. Su paz va a inundar tu corazón y te llenará
de paz para cada situación tormentosa en tu vida.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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