En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él
nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1 Juan 4:10
El resumen completo de la ley es amar a Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma, y con toda tu mente. (Mateo 22:27-40) Pero déjame preguntarte esto: ¿Alguna vez ha
sido alguien capaz de amar al Señor con todo
su corazón, con toda su alma, y con toda su mente?
La respuesta es obvia. Ni una sola persona ha sido capaz de
hacerlo. Y Dios sabía que bajo la ley,
nadie podría amarlo de esa forma
perfecta. Así que, ¿sábes qué
hizo? Envió a Su Hijo Jesús.
Cuando hizo eso, Él en efecto nos estaba diciendo esto: “Yo sé que tú no puedes amarme
perfectamente, así que obsérvame ahora. YO
voy a amarte con todo Mi corazón, con toda Mi alma, con toda Mi mente, y con
todas Mis fuerzas.” ¡Y Él abrió Sus
brazos ampliamente y murió por nosotros!
Mi
amigo, toma tiempo para llevar esto a tu corazón este día: La cruz no es una
demostración de nuestro perfecto amor y devoción a Dios. La
cruz es la demostración de Dios, de Su perfecto amor y Su perfecta gracia (favor inmerecido)
para nosotros. Déjame
darte la definición bíblica del amor para hacer esto un poco más claro para ti:
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación
por nuestros pecados.” Este es el énfasis del nuevo pacto de la
gracia (favor inmerecido) –Su amor por nosotros, no nuestro amor por
Él. ¡Y cuando nos enfocamos en Su amor por nosotros, terminamos
amándolo a Él y a los demás sin ningún esfuerzo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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