No
temas, porque Yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te
sostendré con la diestra de Mi justicia.
Isaías
41:10
Moisés envió 12 espías a la tierra prometida que
Dios quería que los israelitas heredaran.
Dos de ellos, Josué y Caleb, regresaron con un buen informe de la
tierra, diciendo: “La tierra por la que
pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera… ‘es una tierra que mana leche y miel.’ Sólo
que no os rebeléis contra
el Señor, ni tengáis miedo de
la gente de la tierra, pues serán comida nuestra. Su protección les ha sido quitada, y el Señor está con nosotros;
no les tengáis miedo.” (Números 14:7-9)
Sin embargo, los otros 10 espías dieron un mal
informe, diciendo: “No podemos subir
contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros… Vimos allí también a los gigantes… y a nosotros nos pareció que éramos
como langostas; y así parecíamos ante sus ojos.” (Números 13:31-33)
Todos ellos, los 12, vieron la misma tierra y a los
mismos gigantes, ¡pero qué contraste tan marcado en sus informes! Josué
y Caleb tenían un espíritu diferente –el espíritu de fe. (Números 14:24) Ellos
se enfocaron en las promesas y la bondad de Dios. Pero el resto se acobardó de miedo y solo
vieron a los gigantes. ¡Y el miedo los
paralizó!
Mi amigo, este día, sin importar lo terrible que
tus circunstancias puedan parecer, escoge
enfocarte en la bondad de Dios. Escoge meditar en cómo Cristo pagó el
precio para que tú disfrutes el favor inmerecido de Dios, Su paz, Su protección
y Su provisión. Es así como el temor
no va a paralizarte. ¡Es así como vas a
experimentar la fidelidad de Dios y caminarás en Sus bendiciones!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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