Aunque
pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú
estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento.
Salmo 23:4
Frío.
Solitario. Aterrador. Abismal.
En el valle de sombra de muerte, luchamos contra la desesperanza y el
miedo de ser abandonados.
Pero mira cómo Jesús,
nuestro buen pastor, vela por
nosotros y nos salva incluso cuando andamos –no por dirección Suya– en el
valle de sombra de muerte. Aún en ese
valle, Él está con nosotros. Él no está con nosotros para decir: “Te lo
dije.” Él no está allí, con los brazos
cruzados, para ver como salimos de los problemas en los que nosotros mismos nos
metimos. No, Él está con nosotros para protegernos y salvarnos del maligno con Su
vara y Su callado.
Amado, Jesús
es un pastor cuyo tierno corazón enfocado en ti nunca le permitirá abandonarte
cuando tú lo necesites más. Míralo a
Él contigo, protegiéndote, salvándote de la muerte y llevándote seguro a través
de cada temporada de oscuridad.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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