Y el Verbo se hizo carne, y habitó
entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno
de gracia y de verdad.
Juan
1:14
Alguna vez te has preguntado ¿por qué cuando Dios vino a nosotros, Él tuvo que tomar
la forma humana? Mi amigo, esto fue para poder convertirse en nuestro pariente Redentor.
Verás, en el antiguo
Israel, si tú habías perdido tu tierra o cualquier cosa, ante la pobreza o ante
insolvencias financieras, era posible tener a alguien que la comprara de vuelta
o que la redimiera para ti. De
cualquier forma, esta persona tenía que cumplir con tres condiciones.
Primero, él tenía que ser tu
pariente. Segundo, él tenía que ser
tan adinerado que pudiera comprar la tierra de vuelta. Tercero, y más
importante, él tenía que estar dispuesto
a hacerlo.
Mi amigo, Jesús vino a nosotros como humano para
poder llenar la primera condición, esta era, convertirse en nuestro pariente,
es decir, en uno de nosotros.
Ahora, ¿crees tú que como Rey del
Universo, Él tenía los medios para comprar de vuelta todo lo que habíamos
perdido? Si, por supuesto, pero más importante, ¡Él estaba dispuesto a hacerlo –y Él demostró
esto, con los brazos abiertos en la cruz!
Amado, ¿has perdido tu
salud? ¿Has perdido tu tranquilidad? ¿Has perdido tu dirección en
la vida? Jesús, tu pariente
Redentor dispuesto, puede redimir todo esto para ti. Míralo a Él y no
al hombre. Permítele restaurar para ti todo lo que has perdido, ¡y aún
bendecirte con más de lo que tenías
antes!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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