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sábado, 16 de junio de 2018

Jesús Se Deleita En Que Tú Tomes De Él


Pero El les dijo: Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis.
Juan 4:32
Cuando las personas ponen sus demandas sobre ti o hacen que estas dependan de ti, tú resultas estresado, cansado e irritable.  Pero este no es el caso de Jesús.  ¡Cuando las personas toman de Él, Él es fortalecido y renovado!
Después de todo, Jesús es Dios.  Y tú honras a Dios cuando ocupas tu lugar como hombre y dejas que Dios sea Dios, tomando de Él.  Aquel que dijo: “Yo no he venido para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28), ama que tú le permitas ministrarte.
La Biblia nos dice que cuando Jesús llegó a Sicar, Él estaba cansado del camino y descansó junto a un pozo.  Una mujer samaritana pecadora, se acercó al pozo a sacar agua.  Jesús la ministró y ella se retiró llena de gozo por la promesa de agua viva.  Los discípulos regresando con comida para Jesús, lo encontraron ya fortalecido y renovado.  Cuando se preguntaban quién le había dado comida mientras ellos estaban lejos, Él les dijo: “Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis.” (Juan 4:1-42)
Hoy, cuando tú tomas de Jesús y le permites ministrarte, para Él es “comida” que lo “renueva” y “fortalece.”
Pero el permitirle a Jesús ministrarnos requiere humildad de nuestra parte.  Para nosotros es un orgullo hacer cosas para el Señor.  Queremos construir nuestros negocios, nuestras familias y nuestros ministerios para Él.  Lo cual es bueno, ¡pero sin Jesús, estamos en bancarrota espiritual!  Nosotros realmente no tenemos nada que dar al Señor y a Su obra.  Lo que necesitamos hacer primero es recibir de Él, porque cuando recibimos libremente de Él, somos capaces de dar libremente. (Mateo 10:8)
Mi amigo, Jesús quiere ministrarte.  No trates de ministrarte a ti mismo.  Eso es orgullo y justicia propia.  Los fariseos de los días de Jesús, quienes sentían que no lo necesitaban y que podían proveer para sí mismos, fueron los primeros que no pudieron recibir de Él.   Así que, trae a Él tus necesidades y dile: “Señor, yo necesito tomar de Ti.  Presento mis necesidades ante Ti.  Minístrame y cubre mis necesidades.  Yo no puedo, pero Tú puedes.  Gracias Señor.”
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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