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miércoles, 27 de junio de 2018

Dios Es Tu Fortaleza


Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de Su fuerza.
Efesios 6:10
Cuando tú dices: “Yo puedo manejar este problema por mí mismo, Señor,”  Dios dice: “Ok, hazlo entonces.”  Pero cuando dices: “¡Ayúdame Señor!  Te necesito.  No puedo hacer esto por mí mismo,”  Dios dice: “Bien, Yo estaba esperando a que dijeras eso.  Tú no puedes, pero Yo puedo.  ¡Ahora, obsérvame!”  Así es como Dios es —Él ama esos tiempos en los que tú dependes de Él.
Verás, cuando tú piensas que eres fuerte y que no necesitas a Dios, Él no puede ayudarte.  Pero cuando tú lo necesitas y lo buscas, Él no va a dejarte débil y sin ayuda.  Él viene a ti y se vuelve la fortaleza para tu vida.  Él se convierte en el rompimiento que tú necesitas.
Un miembro de la iglesia con el hábito de fumar, vino a mí un día y dijo: “Pastor Prince, por favor ore para que Dios me ayude.  Quiero parar mi hábito de fumar.”
Yo simplemente le dije: “Tú no puedes, pero Dios puede.”
Él respondió: “Si, yo sé que yo no puedo.  Pero con la ayuda de Dios, voy a ser disciplinado y haré mi mejor esfuerzo por dejar el hábito.”
Le dije: “No, tú no puedes, pero Dios puede.”   Le repetí esto unas cuantas veces, hasta que él se dio cuenta de que no sería su autodisciplina, ni su fuerza de voluntad las que lo ayudarían a vencer su hábito de fumar, sino el poder de Dios.  Finalmente, él entendió que la verdadera liberación de ese hábito destructivo no vendría por sus propias fuerzas, sino por “[ser] fuerte en el Señor y en el poder de Su fuerza.”
Cuando volví a verlo unas semanas más tarde, él dijo: “Pastor Prince, desde ese día, yo ni siquiera he intentado contenerme.  Sino que cada vez que encendí un cigarro, le dije a Dios; ‘Yo no puedo, pero Tú puedes.’  ¡Entonces un día, las ansias por fumar se fueron!  ¡Jesús me ha liberado completamente de mi esclavitud a la nicotina!”  Este hombre experimentó libertad verdadera, no solo de la manera externa que es a base de disciplina y fuerza de voluntad.
Así que, cuando tú dices: “Yo puedo hacer algo al respecto,” tú estás todavía confiando en tu fortaleza humana.  Pero cuando le dices a Dios: “Yo no puedo, pero Tú puedes,” estás aprovechando la fuente real de tu fortalezaJesús.  Y mientras descansas en Su fuerza, ¡vas a ver Su poder manifestarse en tu vida!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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