En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como
propiciación por nuestros pecados.
1 Juan 4:10
“¡Tú tienes que amar más a Dios! ¡Debes tener más pasión por Dios!” Probablemente has escuchado este tipo de mensaje
y quizás has hecho todo lo posible por amar a Dios, solo para fallar miserablemente.
Pero, ¿qué
es la verdadera definición de amor? Dejemos que la Biblia lo defina por nosotros: “… en
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él
nos amó a nosotros…” ¡Si, no se trata de nuestro amor por Él,
sino de Su amor por nosotros!
“Pastor Prince, ¡la Biblia dice que tú debes amar a Dios con todo tu
corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas!”
Sí, eso es verdad de acuerdo a la ley (Deuteronomio
6:5), e incluso Jesús enseñó eso
como el gran mandamiento cuando Él caminó en la tierra. (Mateo 22:37) Pero eso fue antes de que Él muriera en
la cruz. En la cruz, Él se convirtió en el cumplimiento de esta ley por nosotros,
cuando Él nos amó con todo Su corazón,
toda Su alma y todas Sus fuerzas, al entregar Su cuerpo y Su vida por nosotros
en la cruz.
Hoy, nosotros ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Y la
gracia nos dice que Dios nos ama, no que nosotros amamos a Dios. Sin embargo, nosotros vamos a amarlo a Él cuando veamos lo mucho que Él nos ama. La Biblia dice que cuando nosotros aún éramos pecadores, ¡Cristo murió por nosotros! (Romanos
5:8) ¡Así es lo mucho que Él nos ama!
Amado, Dios te ha visto haciendo tu mejor esfuerzo
para amarlo. Y debido a que Él te ama, Él quiere que te sientes y te quedes quieto,
y que mejor lo dejes a Él amarte. Él
quiere amarte con todo lo que Él es y todo lo que Él tiene. Él te ama incondicionalmente, a pesar de
quien eres tú o lo que has hecho, porque Su amor no depende de ti, sino de Sí
Mismo. Él nunca va a dejar de amarte.
Así que, deja
que Dios te ame hoy. No te preocupes
acerca de amarlo a Él. ¡Mientras más de Su amor tú recibas, más
vas a enamorarte de Él!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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