Inspiración De Gracia
Pero en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Romanos 8:37
Hace algunos años,
prediqué un mensaje sobre cómo el diablo a veces usa el pronombre en primera
persona para plantar pensamientos en nuestra cabeza con el fin de engañarnos.
Por ejemplo, él no
dice: “Tú tienes un trastorno alimentario” o “Tú tienes una adicción”. El
diablo usa el pronombre en primera persona para sembrar pensamientos como estos
en tu mente: “Yo tengo un trastorno alimentario” o “Yo soy
adicto a la pornografía”.
Él te hace pensar
que tú estás teniendo esos pensamientos de derrota. Él quiere que tú
creas que eso es lo que eres.
Al escuchar este
mensaje, un hombre llamado Walter, con quien el diablo había usado esta
estrategia y lo había atrapado en una adicción destructiva durante muchos años,
se fue a su casa al salir de la iglesia, se encerró en su habitación y por primera
vez declaró en voz alta: “¡Yo no soy un
adicto!” Él eligió rechazar esta mentalidad del maligno en el nombre
de Jesús.
Él relató esto: “En ese mismo momento, yo sentí que algo
poderoso sucedía dentro de mí. No sé cómo describir esto. Fue como
si la vida se volviera espectacular a causa del amor de Dios y no podía
contener ese sentimiento.”
Después de hacer
esa confesión en voz alta, Walter dice: “Mi
adicción se detuvo. Simplemente perdí todo interés y no me siento ni un
poco tentado. Todos los deseos equivocados se han ido y lo mejor de todo,
yo sé que amo a Jesús más que nunca y no puedo vivir sin Él. Estoy
renovado. He renacido. Sé que todo está bajo Su control, y sé que
soy bendecido y estoy perdonado.”
¡Wow! Qué
testimonio tan asombroso del poder y la bondad de Dios en la vida de este
hermano. Con solo una declaración, él rompió la fortaleza mental en la
que el diablo lo había puesto durante muchos años.
Ese es
verdaderamente el poder de creer lo que es correcto. Si tú puedes cambiar
lo que crees, puedes cambiar tu vida, tal como lo hizo este hermano.
¿Hay mentiras sobre
tu identidad en las que crees hoy? Rompe el poder de esas mentiras
declarando tu identidad en Cristo.
Di en voz alta: “Yo
soy un hijo de Dios. Yo estoy sanado, perdonado, justificado y
santificado en Cristo Jesús.” En lugar de creer las mentiras del diablo
cuando él usa la estrategia del pronombre en primera persona en tu contra,
confiesa con voz audible tu verdadera identidad en Jesús.
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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