Inspiración De Gracia
Puestos los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la
cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de
Dios. Hebreos 12:2
Como seres humanos,
nosotros no solo somos propensos a enfocarnos en cada pequeño defecto de
nuestra estructura física y emocional, sino que también tenemos la tendencia de
identificar, recordar y reproducir en nuestra mente los pecados, las faltas y
los errores que hemos cometido. Nos condenamos a nosotros mismos
incluso por nuestras faltas más pequeñas en lugar de centrarnos en cómo Dios
realmente nos ve —perfectos en Cristo.
Es por eso que se
necesita fe para creer que Dios te ve
justo. Se necesita fe para creer que Él no te ve en tus pecados, que Él no observa pecado o iniquidad en ti. Se necesita fe
para creer que Él quiere decir lo que
dice cuando dice: “Pues tendré misericordia de sus iniquidades, y
nunca más me acordaré de sus pecados.” (Hebreos 8:12) ¡Se necesita fe para creer que Dios no
recordará tus faltas y tus equivocaciones!
Pero Pastor Prince,
mis pecados están justo frente a mí. ¿Cómo puedo tener fe para creer
que Dios no los ve?
Amigo, la clave de
la fe se encuentra en buscar la fuente
de la fe —Jesús. Como dice la Biblia, “puestos los ojos
en Jesús, el autor y consumador de la fe.” (Hebreos
12:2) ¡Tu fe para creer se encuentra en Jesús! La Biblia Amplificada lo expresa de esta
manera: “Apartando la mirada [de todo lo que distraiga] hacia Jesús,
quien es el Líder y la Fuente de nuestra fe [dando el primer
incentivo para que creamos] y también es su Consumador [llevándola a la madurez
y perfección].”
En otras palabras,
aparta la vista de tus propios defectos, imperfecciones, faltas y
equivocaciones, y solo fija tus ojos en
Jesús. Cuanto más veas a Jesús
y Su obra terminada, más fe surgirá en tu corazón para creer que todos tus
pecados son verdaderamente perdonados. Tú puedes comenzar desde cero
y tener un nuevo inicio en Cristo. ¡Lo viejo se fue y lo nuevo
llegó!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
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