Inspiración De Gracia
El Señor me librará de toda
obra mala y me traerá a salvo a Su reino celestial. A Él sea la gloria por los
siglos de los siglos. Amén. 2 Timoteo 4:18
El Salmo 91 termina
con el poderoso versículo: “Lo saciaré de larga vida, y le haré ver Mi
salvación.”
Hace muchos años,
el Señor abrió mis los ojos para ver que, aparte de los cuatro nombres de Dios
que se mencionan en los primeros dos versículos del Salmo 91, hay otro nombre
de Dios, un quinto nombre, oculto en la última palabra del Salmo 91.
Verás, en hebreo,
la palabra “salvación” es la
palabra yeshua. ¡Y Yeshua es el nombre hebreo de nuestro Señor
Jesús! Ahora, ¿no es esto hermoso?
Esto es lo que Dios
estaba diciendo: “Lo saciaré de larga vida, y le haré ver Mi Yeshua.” La larga
vida se encuentra en nuestro Yeshua. Tú puedes conocer a
Dios como El Elyon, Dios
Altísimo, como el Todopoderoso Shaddai,
como Jehová, e incluso como Elohim, ¡pero el nombre que te da
la confianza plena y absoluta es el nombre de Jesús!
No es suficiente
saber que Dios es todopoderoso. ¡Es más importante que tú sepas que
Dios está dispuesto a usar Su poder y Su fuerza para salvarte!
Eso es lo que
nuestro Señor Jesús hizo en la cruz por ti y por mí. Él vino y nos
mostró Su salvación al sacrificarse a Sí Mismo en la cruz por tus pecados y los
míos. Él murió joven para
que nosotros tengamos una larga vida. Y no solo vivir
una larga vida en este mundo.
En la cruz, Él
compró para nosotros el regalo de la vida eterna, pagado con Su propia
sangre. En el momento en que tú recibiste a Jesús como tu Señor y
Salvador, ¡tu salvación en Él fue firme y segura!
Yo crecí en una
iglesia en donde me enseñaron que cuando tú pecas, pierdes tu salvación y
tienes que nacer de nuevo una vez más. Esta enseñanza errónea
oprimía mi mente día y noche. El enemigo me atacaba incesantemente
con pensamientos de que yo había perdido mi salvación.
Un día, mientras
buscaba respuestas del Señor, Él abrió mis ojos y me indicó el pasaje de las
Escrituras de 2 Timoteo que se encuentra arriba.
De esa manera,
cuando la verdad de la Palabra de Dios llegó, toda la opresión me
abandonó. Y cada vez que el pensamiento de que yo había perdido mi
salvación asomaba de nuevo su horrible cabeza, yo citaba este versículo,
declarando con valentía: “Escrito está: ‘El Señor me librará de toda
obra mala y me traerá a salvo a Su reino celestial.’”
Amado, te
recomiendo grandemente que medites en esta Escritura. ¡En este
versículo tú encontrarás la protección y preservación del Señor para la
eternidad!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
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