Inspiración De Gracia
Pero
[las cosas que Él ha preparado para aquellos que le aman] Dios nos las reveló
por medio del Espíritu… Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado
gratuitamente. 1 Corintios 2:10, 12
Aunque tú no puedas ver
ahora mismo las cosas buenas que Dios tiene para tu futuro, las escrituras de
hoy dicen que el Espíritu Santo está en nosotros para revelarnos las cosas que
Dios nos ha dado gratuitamente. ¡Estos son regalos preciosos e
invaluables, como el regalo del perdón,
de la no condenación, de la justicia, de la vida eterna y los diferentes
dones del Espíritu que Dios ha puesto en las vidas de todos nosotros!
Debido a que eres un creyente en Jesucristo,
no solo todos tus pecados han sido
perdonados, sino que tú también has
sido justificado por la fe y hecho justo por Su sangre. ¡Y el
Espíritu Santo vive en ti!
Tú tienes algo que los patriarcas del Antiguo Testamento nunca tuvieron.
Abraham, “el
amigo de Dios” (Santiago 2:23), nunca lo tuvo. Moisés, quien dirigió
al pueblo de Israel fuera de Egipto, nunca lo tuvo. E incluso David, a
quien la Biblia llama “un hombre conforme
al corazón [de Dios]” (Hechos 13:22), nunca lo tuvo.
Ellos tenían el Espíritu sobre ellos,
pero no en ellos. En ese entonces, el Espíritu Santo iba
y venía. (1 Samuel 16:13-14, Salmos 51:11) ¡Sin embargo, tú y yo hemos
sido tan perfectamente limpiados por la
sangre de Jesús —una vez y para siempre— que el Espíritu Santo ahora vive en nosotros y permanece con
nosotros para siempre!
(Juan 14:16-17)
El apóstol Pablo nos dice que cuando nosotros creímos en Jesús, Él nos
identificó como Suyos, dándonos al Espíritu Santo. El Espíritu Santo
es la garantía de Dios de que Él nos
dará la herencia que Él prometió y de
que Él nos compró para que seamos Su
propio pueblo. (Efesios 1:13-14)
Amigo, cuando tú creíste en el evangelio y
fuiste salvado, Dios te selló con el
Espíritu Santo de la promesa para dar fe de que se te dio el regalo
gratuito de la justicia y el regalo de la vida eterna a través de la obra terminada
de Jesús. Es por eso que cuando tú escuchas la predicación de la pureza
del evangelio de la gracia, el Espíritu Santo en ti responde con gran gozo y
gran paz.
Escucha este testimonio de Pete, de Oklahoma:
Cuando escuché uno de los
sermones del pastor Joseph Prince por primera vez, yo supe que este mensaje de
gracia era lo que había estado buscando durante toda mi vida cristiana.
Me sentí como si hubiera nacido de nuevo, ¡completamente de nuevo!
Desde entonces, he estado
escuchando y alimentándome de la palabra de la gracia diariamente. Creo
que lloré todos los días cuando comencé a asimilar el entendimiento de que todos mis pecados están
perdonados. ¡Mi fe se disparó hasta las nubes y mi vida fue
transformada radicalmente!
Mi esposa y mis cuatro hijos
también han estado escuchando los sermones del pastor Prince y este increíble
mensaje de la gracia nos “arruinó” para siempre. ¡Esta verdad ha dado frutos en nuestras vidas y ha hecho que
seamos bendecidos más allá de lo que
jamás podríamos pensar!
Cuando Pete y tantas otras personas escuchan
predicar sobre el amor de Dios y Su hermosa gracia, los grilletes de la
religión cristiana, el legalismo, la justicia propia y los años de penosa
condenación, comienzan a romperse uno por uno. Se restaura la preciosa intimidad con el Señor Jesús. El
miedo es reemplazado por Su amor
perfecto, las inseguridades por la
certeza de Su gracia y la duda en ti mismo por Su fuerte abrazo de afirmación. ¡La predicación del evangelio
de la gracia transforma vidas!
Viendo a través de los ojos de la fe,
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