Inspiración De Gracia
La
bondad de Dios te guía al arrepentimiento. Romanos 2:4
Permíteme compartirte el testimonio
de un joven cuya vida ha sido maravillosamente transformada por el inmerecido
favor de Dios. Este joven fumó su primer
cigarrillo cuando solo tenía nueve años. Para cuando tenía 14 años, él ya era un pandillero
experimentado que vendía y consumía drogas, y vendía películas pirateadas.
Con el dinero que ganaba, les obsequiaba a los miembros de
su pandilla elegantes comidas y ropa, ¡e incluso les cubría los gastos de
transporte para que se reunieran en las peleas de pandillas! A los 15 años, la ley lo alcanzó y lo enviaron
a un reformatorio para niños, en donde se dio cuenta que su vida necesitaba un
cambio. Y fue entonces cuando Dios entró
en escena. Él cuenta:
Fue el reformatorio en donde encontré a Dios por primera vez,
aunque entonces yo no sabía que era Él. Una
de mis consejeras, una señora cristiana, oró por mí y por primera vez en mi
vida, sentí que había “alguien” cuidándome. Yo no pensé mucho sobre eso entonces, pero fue
en aquel momento que mi corazón y mi perspectiva de la vida comenzaron a
cambiar.
Comencé a asistir a la Iglesia Nueva Creación (NCC) en
septiembre de 2005. Un amigo me había
invitado a NCC antes, pero lo rechacé. Sin embargo, un día me quedé dormido en el
tren y perdí mi parada. El andén en el
que me bajé estaba completamente desierto, pero noté que había una bolsa de
plástico en una de las bancas. Miré su
contenido para ver si podía identificar a quién pertenecía, ¡y me di cuenta de que
en su interior había CDs de prédicas de NCC!
Así que, incluso aunque yo no quería asistir a NCC, ¡Dios me
envió directamente la iglesia! No fue
casualidad. ¡Fue algo dirigido por Dios!
Cuando puse los CDs en casa por curiosidad,
la presencia de Dios fue tan real. Yo experimenté
verdadera intimidad con Dios. Mientras
escuchaba las enseñanzas del pastor Prince, supe que este era el Dios en el que
yo siempre había creído, ¡un Dios que me
ama a pesar de quién soy y de lo qué hago!
Las enseñanzas del pastor Prince me han hecho libre, y me han
dado una fuerza y una pasión sobrenatural para hacer Su obra. Yo ya no siento ninguna atadura cuando se
trata de comunicarme con Dios, sabiendo que Él puede guiarme en cada situación.
El cambio más significativo que he experimentado ha sido mi
transformación interior. Yo solía tener muy mal carácter, lo cual me metía en muchas peleas porque era fácilmente provocado. Ser
consciente de Su amor por mí me ha liberado de eso. También pasé de reprobar en la escuela secundaria a tener un desempeño lo suficientemente bueno en el instituto técnico, que me
sirvió para calificar para un cupo en una universidad.
Este joven es ahora una persona alegre y segura de sí
misma, con un futuro brillante. Él da
charlas en las escuelas y en el reformatorio juvenil en el que estuvo, para
compartir su experiencia con los jóvenes y animarlos. Su vida ha sido tan increíblemente
transformada que incluso una agencia gubernamental lo ha contratado para conferencias
dirigidas a jóvenes con problemas.
Él dice que desde que Jesús entró en su vida, él ha visto
la gracia y el favor del Señor sobreabundar en su vida. Se le han abierto muchas puertas y su vida ha
sido realmente enriquecida, con liberación y transformación en áreas como su
trabajo, sus estudios, su familia y sus relaciones. ¡Toda la gloria sea para Jesús!
Eso es lo que nuestros jóvenes necesitan —¡una revelación del perfecto amor de Jesús
por ellos! Hay un mundo perdido que
está muriendo allá afuera.
Amigo, ¡los Diez Mandamientos ya no puede ser lo único que
los jóvenes saben sobre el cristianismo! ¿Cómo pueden ellos evitar pensar que el
cristianismo no es más que reglas, leyes y regulaciones sobre lo que deben o no
deben hacer? ¿Cómo pueden ellos evitar
imaginar a Dios como alguien que está enojado con ellos y se la pasa buscando
oportunidades para castigarlos?
Si los jóvenes de tu comunidad van a venir a Jesús, ellos necesitarán
saber que el cristianismo es una
relación íntima con un Dios amoroso. Una vez que sepan esto, ¡ellos estarán
golpeando las puertas de las iglesias todos los domingos para entrar y escuchar
la predicación de Jesús y Su gracia!
Amado, oro para que, como el joven cuyo testimonio acabas
de leer, tú sigas permitiendo que Jesús
te muestre más y más de Su perfecto amor por ti todos los días.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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