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lunes, 5 de junio de 2023

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Inspiración De Gracia


 Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios… ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia?  Hebreos 10:26-27, 29

Al predicar el perdón total de los pecados y la certeza de la salvación, a menudo me preguntan: Pero Pastor Prince, ¿no dice la Biblia en Hebreos 10 que si nosotros pecamos voluntariamente, podemos perder nuestra salvación y esperar expectantes “el juicio de Dios y la furia del fuego consumidor”?

A muchos creyentes se les enseña esto hoy en día y, como resultado, ellos se vuelven conscientes de pecado —siempre atentos y preocupados por sus “pecados intencionales” y el juicio de Dios por venir.  Cuando algo malo les sucede (por ejemplo, la explosión de una llanta en la carretera o el contraer una enfermedad), ellos inmediatamente lo atribuyen al juicio de Dios sobre sus faltas.  Querido lector, tener este temor y una conciencia de juicio perenne no es la manera en la que Dios el Padre quiere que vivamos.

Te informo que casi todos los pecados que nosotros cometemos después de ser salvos (las excepciones son los pecados que cometemos inconscientemente), se cometen voluntariamente.  ¡Así que esto no puede ser de lo que está hablando Hebreos 10:26 o cada creyente estaría viviendo cada día esperando el juicio de Dios y la furia del fuego consumidor!  ¿Qué significa, entonces, “pecar voluntariamente”?  ¿Es esto algo que un creyente puede hacer?

Lo primero que debemos entender es que el libro de Hebreos fue escrito para los hebreos o el pueblo judío (que incluía tanto a creyentes como a no creyentes).  Hebreos 10:26, en particular, está dirigido a los hermanos judíos que habían recibido “el conocimiento de la verdad” (el Señor Jesús como su Mesías y Su obra terminada), pero nunca recibieron esta verdad en sus corazones.  Ellos escucharon la verdad acerca de Jesús, pero todavía estaban regresando al templo para ofrecer sacrificios de animales por sus pecados.

Esto era un insulto al Espíritu de la gracia, porque ellos estaban rechazando rotundamente al Señor Jesús, quien en Su inmensa gracia se había ofrecido a Sí Mismo como el sacrificio perfecto y final por sus pecados, en el Calvario.  Claramente, en el contexto, “pecar voluntariamente” es cometer el pecado específico de conocer la verdad de que Jesús es el sacrificio final y, sin embargo, elegir no aceptar Su obra terminada.

Como puedes ver, estos versículos no están dirigidos a los creyentes.  Estos no se dirigen ni se refieren a cristianos que se “desvían” o “se descarrían”; tampoco se refieren a cristianos que pecan en un momento de debilidad o tentación.  Los genuinos creyentes en Cristo no pueden cometer este pecado, simplemente porque ellos ya han creído en el sacrificio de Jesús y han puesto su confianza en la obra terminada del Señor, y ellos ciertamente no van a regresar a ningún templo para ofrecer sacrificios de animales por el pecado.  ¡Hay una diferencia muy grande entre los dos!

Entonces, ¿qué dice la Palabra de Dios cuando se trata del juicio y de Sus hijos?  La palabra griega para “juicio” en Hebreos 10:27 es krisis, que significa una sentencia de “condenación y castigo”.  Ahora, ven conmigo a Juan 5:24 y lee las propias palabras de Jesús: “En verdad, en verdad os digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna, y no viene a juicio [krisis ], sino que ha pasado de muerte a vida.”  La misma palabra para “juicio” (krisis) que se usa en Hebreos 10:27 se usa aquí en esta escritura con respecto a los creyentes.

Amigo, ¿puede ser esto más claro y transparente?  ¿De qué quiere Dios que estemos seguros?  ¡De que nosotros, los creyentes, nunca entraremos al juicio krisis!  Nosotros hemos pasado de muerte a vida.  Los verdaderos creyentes nunca deben temer el juicio del Señor, ya que toda la furia del fuego consumidor del juicio cayó completamente sobre nuestro Señor en el Calvario.  No permitas que nadie te robe hoy la certeza plena de tu salvación en Cristo.  ¡Amén!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince 

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