Inspiración De Gracia
Y
la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado
abundó, sobreabundó la gracia. Romanos 5:20
En el Libro de Romanos,
el apóstol Pablo dijo: “¿Qué diremos,
entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?” (Romanos
6:1) Obviamente, Pablo estaba predicando la gracia de Dios de manera
tan radical que fue mal entendido y acusado de decirle a la gente que pecara
más para que la gracia abundara. Por supuesto, ese no era el caso.
Pablo nunca dijo: “Pequemos
más para que la gracia abunde” (y por cierto, yo tampoco he dicho
eso). El pecado es malo y conduce a consecuencias
destructivas. Pero, ¿has notado en las Escrituras de hoy, qué es lo
que realmente hace que el pecado aumente?
Lee de nuevo la escritura de
hoy. Pablo declara muy claramente que la ley se introdujo para
que abundara el pecado. Lo que esto significa es que mientras más se
predica la ley, más abundará el pecado. Después de todo, “el
poder del pecado es la ley.” (1 Corintios 15:56) Por lo
tanto, cuando vemos el pecado y predicamos más de la ley, ¡estamos agregando
más leña al fuego!
Al decir que “donde el pecado abundó,
sobreabundó la gracia”, Pablo quiso decir esto: el pecado no detiene el fluir
de la gracia de Dios, pero la gracia de Dios si detendrá el pecado. Pregúntate
a ti mismo ¿qué es mayor, tus pecados o la gracia de Dios? La
respuesta es obvia. ¡La
gracia de Dios siempre es mayor!
De hecho, cuando leemos “donde el
pecado abundó, sobreabundó la gracia” el griego original dice
exactamente eso: donde abundó el pecado, la
gracia sobreabundó. El erudito griego Kenneth Wuest
capta bien esto en su traducción de este versículo: “donde el pecado
aumentó, la gracia sobreabundó y todavía un poco más por encima de eso.” ¡Qué
grandioso es esto!
Lo que Pablo está diciendo es que donde hay
pecado, donde existe el “quedarse corto o fallar al blanco” (la definición de
“pecado” en el Léxico Griego de Thayer), allí es exactamente donde encontrarás la gracia de Dios —Su favor
inmerecido para tu empoderamiento y victoria— en una medida sobreabundante. ¿No
es asombroso?
Contrariamente al pensamiento tradicional, la
gracia de Dios no te abandona cuando fallas al blanco. ¡Qué consuelo
y fuente de fortaleza es saber que Su
gracia no nos deja, sino que está justo en medio de nuestras dolorosas
debilidades, fallas y situaciones menos que perfectas, para empoderarnos para
reinar sobre todas ellas!
Amigo, quizás has estado luchando contra
cierta debilidad o fallando en algún área de tu vida. Podría ser
enojo, falta de perdón o una adicción que parece que no puedes
dejar. Yo te animo a que aumentes tu exposición a la gracia de
Dios. Sigue escuchando la predicación sobre la belleza de la persona de Jesús y Su obra terminada. Mantente
meditando en Su amor y lo que Él ha
logrado para ti en la cruz, porque la
gracia es el único poder que puede detener el pecado en tu vida.
Cuando falles, en lugar de sentirte culpable y
condenado, recibe la sobreabundante gracia de Dios que te dice que tú aún eres justo en Cristo. Es
Su gracia sobreabundante la que te
rescatará de ese pecado. Aquellos que se abaten entre la culpa y
la condenación son los que no tienen la capacidad de vencer sus
pecados. Ya que ellos creen que la gracia de Dios se ha ido, ¿qué
esperanza pueden tener? La victoria sobre el pecado llega solo cuando
las personas encuentran la
sobreabundancia de la gracia de Dios. ¡Es Su gracia la que ha hecho justos a los pecadores!
No dejes de lado esta poderosa
revelación. ¡Este es el evangelio de Jesús! Debido a que
todos tus pecados fueron castigados en el cuerpo de tu sustituto, Jesucristo,
la justicia de Dios está de tu lado, exigiendo
tu justificación y perdón. Es por eso que, incluso cuando tú
fallas, la gracia de Dios sobreabundará y se tragará tu falta que ya fue pagada
en el Calvario. ¡Aleluya!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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