Y llegando el que había recibido
cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, cinco talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos”. Y su
señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel...”
Mateo
25:20-21
En la parábola de los talentos, el amo felicitó a
los dos primeros siervos porque multiplicaron el dinero que se les había
confiado. Ellos no holgazanearon tomando
el té, quejándose de lo difícil que es conseguir un trabajo en esta economía. Por el contrario, fueron diligentes, sabios y
prudentes, y encontraron la forma de duplicar el dinero que se les había
confiado. Entonces, el Señor los
felicitó y los llamó servidores buenos y fieles.
Mi amigo, quiero animarte a ser un diligente, sabio, bueno y fiel mayordomo
del dinero que Dios ha puesto en tus manos. Mientras confías
en el Señor por Su provisión,
gasta dinero para enviar tus hojas de vida, para ir a entrevistas o incluso
para promoverte a ti mismo para un mejor trabajo. No entierres tu dinero quedándote en tu casa
sentado y viendo la televisión. ¡Entrégale a Jesús algo que Él pueda
multiplicar y lo verás poniendo Su favor
sobre ello!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph
Prince
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