Pero a ellos los sacó con plata y
oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
Salmos
105:37
Ellos comieron su salida de la esclavitud y
servidumbre.
En la noche de la primera Pascua, Dios le había
dicho a Su pueblo que tomaran un cordero por familia, lo asaran, aplicaran su
sangre en el marco de sus puertas y comieran el cordero asado en sus casas esa
noche. Al día siguiente, todos los
israelitas, con “ninguno débil” entre ellos, salieron de Egipto hacia la
libertad.
¿Por qué comer el cordero asado? Porque este era una imagen de Jesús, el verdadero Cordero
de Dios, apagando la ira ardiente de Dios por todos nuestros pecados y pagando
el precio completo por nuestra sanidad en la cruz.
El cordero asado que los israelitas comieron era
una representación. Hoy, tú tienes al verdadero. Cada vez que participes de la Santa Cena,
mira al verdadero Cordero de Dios juzgado por tus pecados y enfermedades. ¡Él
te ha librado de todas las enfermedades!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph
Prince
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