Una vez reunido su propio rebaño,
camina delante de las ovejas, y ellas lo siguen…
Juan
10:4
¿Alguna vez has visto a un
granjero tratando de conducir a un montón de gansos de un lugar a otro? Él va detrás
de los gansos, ¿no? Compara esto con un
pastor que guía a sus ovejas. Él va adelante de ellas y las ovejas
simplemente lo siguen.
Jesús es nuestro pastor y nosotros somos Sus
ovejas. Él no nos conduce, sino que Él nos dirige. Las personas legalistas conducen a
otros. Jesús dirige. Él va adelante de nosotros. Él no es como el sargento que dice: “Hombres,
crucen este río. Yo les cubro la espalda,”
porque sospecha que el río está infestado de cocodrilos. Jesús no es ese tipo de líder. Él va
adelante de nosotros.
En el Antiguo Testamento, Jesús dirigió a los hijos de Israel
fuera de la esclavitud de Egipto. ¿Sabes
cómo se apareció Jesús en aquel entonces?
Él apareció en una columna de
nube durante el día y una columna de fuego en la noche. ¿En dónde estaba esa columna? Estaba enfrente
de ellos. De hecho, la columna de
nube les protegía del caliente sol del desierto a fin de que se mantuvieran
frescos durante el día. Por la noche,
cuando el desierto se ponía muy frío, Jesús, la columna de fuego, les daba luz
y calor. Ya sea que Él fuera la columna de nube o de fuego, Él iba adelante de
ellos.
Mientras le seguían, los
israelitas no tenían que preocuparse por nada.
Jesús se hizo cargo de todas sus
necesidades. Él les dio agua cuando
tenían sed, y pan y carne cuando tenían hambre.
Sus ropas no se gastaron y sus pies no se hincharon. Fueron mantenidos en buen estado de salud a
lo largo de los 40 años de su peregrinación en el desierto.
Amigo, Jesús, tu pastor, quiere que solo lo sigas a Él. Siempre y cuando tú le permitas a Él
dirigirte, todas tus necesidades serán
atendidas. Él es tu proveedor, tu sanador, tu consejero, tu sabiduría, tu
justicia, tu santificación... ¡Él es todo lo que tú necesitas que sea!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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