Inspiración De Gracia
Un
corazón y una mente calmados y apacibles son vida y salud para el cuerpo, pero
la envidia, los celos y la ira son como podredumbre de los huesos. Proverbios 14:30, AMP
En el nuevo pacto, Dios quiere que nosotros
volvamos a creer y hablar. No niego que
las tinieblas, la esterilidad, la enfermedad o las dolencias a las que puedas
estarte enfrentando estén ahí. Te pido
que hables por fe lo que quieres ver. Mientras
Dios veía las tinieblas, en lugar de decir lo que Él veía, Él habló lo que
quería ver.
Así que, la pregunta que debes hacerte es la siguiente:
¿Qué quieres ver en tu vida? ¿Qué deseas
ver en tu cuerpo, tu matrimonio, tus hijos, tu familia, tu hogar y tu lugar de
trabajo? Escucha con atención: no te
pregunto qué ves actualmente. Te pregunto qué quieres ver.
Es lamentable que el enemigo haya logrado engañar a muchas
personas para que hablen negativamente, a menudo con amargura y falta de
perdón, sobre sus propias vidas y las vidas de quienes les rodean.
Hace algunos años, un pastor que ha sido usado poderosamente
por el Señor con milagros de sanidades me compartió algo que me hizo
reflexionar. Él se dio cuenta de que las
personas que habían sido completamente sanadas eran susceptibles a desarrollar
la misma enfermedad nuevamente si ellos abrigaban en sus corazones amargura e
ira en contra de otra persona.
Vuelve a leer la escritura de hoy. A partir de este versículo, podemos ver cómo
aferrarnos a emociones negativas puede consumirnos por dentro. Tener amargura contra alguien, por ejemplo, ¡es
como beber veneno letal yo y esperar que la otra persona se muera! Esto simplemente no vale la pena, amigo. Te estás matando a ti mismo lentamente.
No estoy diciendo que la injusticia que te infligió esa
persona sea aceptable o insignificante. Lo
que estoy diciendo es que hoy tú puedes elegir la vida y dejar ir esa ira que
está en tu corazón. Libera a esa persona
y más importante, libérate a ti mismo. Bendice
a esa persona. Elige amar la vida y ver
muchos días buenos.
Pero Pastor Prince, usted no lo entiende. ¡Él no merece mi perdón!
Precisamente. El
perdón es para aquellos que no lo merecen. De eso se trata la gracia. Recuerda lo que dice la Palabra: “no devolviendo mal por mal, o insulto por
insulto.” (1 Pedro 3:9) En cambio,
ten un espíritu de gracia y bendice a los que te maldicen. Bendícelos y libérate para amar la vida y ver
muchos días buenos. ¡Amén!
La triste realidad es que el enemigo ha programado
exitosamente la muerte dentro del lenguaje humano. Escuchamos expresiones causales en nuestras
conversaciones diarias como: “Ese vestido está para morirse” o “Muero por un
pedazo de pie de queso.” Vamos,
cambiemos nuestro vocabulario y saturémoslo con vida. En lugar de morir, ¡vivamos por algo!
Me gusta el saludo que usan los judíos cuando proponen un
brindis. Ellos dicen, “L’chaim,” que significa, “¡Por la vida!” No te preocupes por lo que está oscuro y es
mortal; ¡celebremos la vida abundante que nuestro Señor vino a darnos! El
poder de la vida y la muerte está en la lengua, y los que la aman comerán de su
fruto. Ama la vida y mira días
buenos.
Comienza refrenando tus labios de hablar mal y comienza a
llenar tu boca con las buenas noticias de todas las cosas maravillosas que
nuestro Señor ha hecho y continuará haciendo en tu vida. Cuando tú cambies tus palabras, cambiarás tu
vida. ¡L’chaim!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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