Inspiración De Gracia
“Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre. Venga Tu reino.
Hágase Tú voluntad, así en la tierra como en el cielo.” Mateo 6:9-10
Quiero compartir contigo un valioso
testimonio de Caleb, un padre en Texas que le escribió a mi equipo:
Mi hijo menor fue diagnosticado con escoliosis cuando su
radiografía mostró una curva de diecisiete grados en su columna. Al recibir la noticia, miedo, duda, ira,
tristeza, preocupación y condenación comenzaron a asentarse en nuestros
corazones. También estábamos preocupados
por las posibles discapacidades y cirugías para nuestro hijo en el futuro.
Como pastor, me encontré luchando con mis creencias cristianas. Sin embargo, yo pude sentir el abrazo amoroso
y la paz del Señor mientras oraba por mi hijo. Mi iglesia también oró por él y creímos que el
Señor podía sanarlo, y Él lo haría.
El médico lo remitió a un hospital infantil y concertó una cita.
Por fe, decidimos acudir a la cita para
confirmar que la sanidad ya había comenzado.
Aunque dudas, condenación y miedo se infiltraron en nuestros corazones, nosotros
continuamos declarando la obra terminada de la cruz y seguimos participando de
la Santa Cena.
Durante la cita, la médico examinó a mi hijo y tomó más
radiografías. Luego ella dijo: “¡Tengo
buenas noticias para ustedes!” y nos mostró las radiografías que no mostraban
rastros de escoliosis. La columna
vertebral de nuestro hijo se había enderezado. ¡El Señor lo había sanado! ¡Ciertamente hay victoria y poder en la cruz!
Ahora, nosotros distribuimos una copia del libro del Pastor
Prince “El Poder De Creer Correctamente” a cada nuevo miembro de nuestra
iglesia. Nosotros creemos que los
milagros suceden mientras nos llenamos de las buenas nuevas del evangelio.
Realmente lo sentí mucho por Caleb cuando describió los
sentimientos por los que pasó al escuchar que su hijo era diagnosticado con una
condición que podía conducir a una discapacidad de por vida. Todo padre amoroso quiere que su hijo esté
bien y disfrute de una vida de calidad, y ese es también el sentir del corazón
de nuestro Padre celestial y Su voluntad para con nosotros.
A pesar de sus temores e incertidumbres, Caleb hizo lo
mejor que podía por su hijo. Él siguió
declarando la obra terminada en la cruz y siguió participando de la Santa Cena.
Y así, sin que nada espectacular sucediera,
sin una voz que resonara desde el cielo y sin una demostración de poder que
sacudiera la tierra, su hijo fue sanado.
¿También te preocupa un problema de salud hoy? ¡Oro para que mientras tú hagas lo que Caleb hizo,
también veas la sanidad sobrenatural de Dios manifestarse para ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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