Medite En
En
El tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según
las riquezas de Su gracia.
Efesios 1:7
La restauración de Pedro por Jesús es
una de las escenas más conmovedoras en el Nuevo Testamento. El Señor no sólo perdonó a Pedro, quien le
había negado no una vez, sino tres veces para salvar su propia vida, pero también
lo restauró y le encomendó el cuidado de la entonces recién nacida iglesia.
Cuando Jesús resucitó de entre los
muertos, Él instruyó al ángel en la tumba para que le dijera a María “id, decid
a Sus discípulos –y a Pedro” (Marcos
16:7). Pedro fue especialmente mencionado porque Jesús sabía que después de un
error tan desgarrador, el discípulo probablemente estaba lleno de culpa y tristeza.
Pedro, por su parte, pensaba que con su
traición y la muerte de Jesús, todo estaba probablemente acabado para él. Así que volvió a su antiguo trabajo. Y allí fue en donde Jesús le halló, pescando en el Lago de
Galilea. La Biblia nos dice que Jesús le
dio a Pedro y a los pescadores con él una pesca abundante, y también les hizo el
desayuno en unas brasas de fuego (Juan 21:1-18). La escena de hombres sentados alrededor de una
fogata para mantenerse calientes en la madrugada debe haber recordado dolorosamente
a Pedro lo que había hecho unos días antes (Juan 18:17-18, 25-26). ¿Qué estaba haciendo el Señor? Él le estaba mostrando a Pedro que Él no mantenía
ese pecado en contra de él, y que Pedro no tenía que tener miedo de ese
recuerdo nunca más!
¡Qué Salvador tan compasivo tenemos! Él sabe todo acerca de sus fallas, pero no las
mantiene en su contra porque Él le ha perdonado completamente y justamente por
medio de Su muerte en la cruz. Al igual
que Pedro, permita que el perdón del Señor y su amor por usted, le restaure a plenitud
y le impulse hacia su destino dado por Dios!
Bendiciones,
Joseph Prince
Joseph Prince
Marcos 16:7 “Pero id, decid a sus discípulos y a
Pedro: "El va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, tal como os
dijo.”
Juan 21:1-18 “1 Después
de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias,
y se manifestó de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro,
Tomás llamado el Dídimo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y
otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo*: Me voy a
pescar. Ellos le dijeron*: Nosotros también vamos contigo. Fueron y entraron en
la barca, y aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya
amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era
Jesús. 5 Entonces Jesús les dijo*: Hijos, ¿acaso tenéis algún
pescado? Le respondieron: No. 6 Y El les dijo: Echad la red al
lado derecho de la barca y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían
sacarla por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel
discípulo a quien Jesús amaba, dijo* a Pedro: ¡Es el Señor! Oyendo, pues, Simón
Pedro que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se la había quitado para poder
trabajar), y se echó al mar. 8 Pero los otros discípulos
vinieron en la barca, porque no estaban lejos de tierra, sino a unos cien
metros, arrastrando la red llena de peces. 9 Entonces, cuando
bajaron a tierra, vieron* brasas ya puestas y un pescado colocado sobre ellas,
y pan. 10 Jesús les dijo*: Traed algunos de los peces que
habéis pescado ahora. 11 Simón Pedro subió a la barca, y sacó
la red a tierra, llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres; y aunque
había tantos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo*: Venid y
desayunad. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Quién eres tú?,
sabiendo que era el Señor. 13 Jesús vino*, tomó* el pan y se lo
dio*; y lo mismo hizo con el pescado. 14 Esta fue la tercera
vez que Jesús se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de
entre los muertos. 15 Entonces, cuando habían acabado de
desayunar, Jesús dijo* a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que
éstos? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo*:
Apacienta mis corderos. 16 Y volvió a decirle por segunda vez:
Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te
quiero. Jesús le dijo*: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo* por
tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la
tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú
sabes que te quiero. Jesús le dijo*: Apacienta mis ovejas. 18 En
verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde
querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te
llevará adonde no quieras.”
Juan 18:17-18 “17 Entonces la criada que
cuidaba la puerta dijo* a Pedro: ¿No eres tú también uno de los discípulos de
este hombre? Y él dijo*: No lo soy. 18 Y los siervos y
los alguaciles estaban de pie calentándose junto a unas brasas que habían
encendido porque hacía frío; y Pedro estaba también con ellos de pie y
calentándose.”
Juan 18:25-26 “25 Simón Pedro estaba de
pie, calentándose; entonces le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus
discípulos? El lo negó y dijo: No lo soy. 26 Uno de los siervos
del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la
oreja, dijo*: ¿No te vi yo en el huerto con El?”
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