Medita En
… [Porque nosotros] continuamos
contemplando [en la Palabra de Dios] como en un espejo la gloria del Señor,
somos constantemente transformados a Su propia imagen en un esplendor cada vez mayor y de un grado
de gloria a otro; [porque esto viene] del Señor…
2ª
Corintios 3:18 (Trad. AMP)
Arriba, en las ramas del árbol de sicómoro, Zaqueo
tenía una buena vista de Jesús. “Así que
este es Aquel de quien todos han estado hablando”, dijo para sus adentros. Y justo en ese momento, Jesús miró hacia
arriba y vio al cobrador de impuestos. “Zaqueo”,
gritó Jesús, “date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa”
(Lucas 19:5).
Jesús le extendió gracia a Zaqueo, un hombre
considerado por la multitud como tramposo y pecador. Y la respuesta de Zaqueo a la bondad del Señor
fue: “He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado” (Lucas 19:8). Zaqueo fue transformado, de ser tramposo paso a
ser un hombre generoso al contemplar y pasar tiempo con un Dios clemente.
Mi amigo, cuando tú con todos tus defectos te
acercas a Jesús para pasar tiempo con Él, Él no te recibirá diciendo: “¡Tú vil
pecador!” No, Él te llamará por tu nombre y te dirá:
“Ven, vamos a tu casa. Quiero pasar tiempo contigo.” Y mientras más lo contemples y pases tiempo
con Él, más serás transformado de gloria en gloria.
Así que, acércate a Jesús y pídele que te muestre
Su gracia todos los días. Habla con Él
como con un amigo. Al abrir tu Biblia,
por ejemplo, di: “Señor, háblame. Déjame tener este encuentro personal contigo.”
¡Cuando tú lo contemplas por medio de la
Palabra, no hay cómo no seas transformado gloriosamente!
Bendiciones,
Joseph
Prince
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