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lunes, 19 de enero de 2015

Jesús Entiende Tus Luchas

Hebreos 4:15
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotrosperos in pecado.
Imagina reunirte con el nuevo político que va a representar a tu departamento o municipio, solo para descubrir que él no está familiarizado con las necesidades y problemas de tu vecindario.  Seguramente te preguntarías “¿Podrá esta persona representarnos verdaderamente? ¿Sabrá algo acerca de nuestras condiciones de vida? ¿Estará familiarizado con el tipo de problemas que las familias de aquí están experimentando? ¿Podría él ayudarme a que mi hijo entre en una de las universidades de aquí?”  Estoy seguro que tú preferirías a alguien que realmente comprenda tus problemas para representarte.
De igual manera, estoy tan contento porque justamente ahora a la mano derecha de Padre, nosotros tenemos a Alguien que vino como Hombre para redimirnos y para comprender completamente las situaciones por las que el hombre atraviesa.  Cuando Jesús caminó en la tierra, Él vivió cada emoción humana para poder identificarse con nosotros en todo momento.  Jesús es Dios, pero Él está en la presencia del Padre como Hombre, representándonos.
Mi amigo, tú puedes sentir que nadie entiende tus problemas.  Escucha, si bien esto es verdad para los hombres, no lo es para Jesús.  Él conoce exactamente por lo que estás pasando y Él puede simpatizar con tus debilidades porque Él fue “tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Ninguno de nosotros ha sido tentado en todo.  Pero Dios permitió que Jesús fuera tentado en todo para que Él pudiera entender e identificarse con las luchas de cada una de las personas en la tierra.  Él puede ser alcanzado por nuestra humanidad —nuestras debilidades, lágrimas, decepciones, sufrimientos… ¡todo!
No existe ninguna prueba, dificultad, problema, o tentación que tú enfrentes, con la cual Jesús no pueda identificarse.  Mi amigo, en el momento en que lo atraviesas, justo ahí y justo entonces, Él lo siente también.  ¡Esa es la clase de representante que tú tienes en Jesús!  Ese es el amor de Dios para que tú puedas acercarte a Su trono de gracia (no de juicio), para hallar gracia y encontrar misericordia cuando más las necesites (Hebreos 4:15-16).

Pensamiento Del Día


No existe ninguna prueba, dificultad, problema, o tentación que tú enfrentes, con la cual Jesús no pueda identificarse. 


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