Isaías 55:11
Así será Mi palabra que sale de Mi
boca, no volverá a Mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el
propósito para el cual la envié.
En la iglesia primitiva, siempre que
la Palabra de Dios era predicada, había milagros de salvación, sanidades, y
otras señales y maravillas. Los
endemoniados eran hechos libres. Los
paralíticos saltaban y caminaban. Las
personas recibían a sus seres queridos de vuelta de la muerte.
Yo recuerdo decir en uno de los
servicios de nuestra iglesia que había una unción para parejas a quienes se les
había dicho que no podían concebir de forma natural, para recibir a los hijos
por los que habían estado creyéndole a Dios.
Mientras la palabra fluía, muchas parejas recibieron su milagro en ese
servicio.
Una de las señoras que lo recibió,
estaba sirviendo ese día como anfitriona.
Ella y su esposo habían estado creyéndole a Dios por un hijo, desde
hacía algunos años. Algunos meses
después de ese servicio, ella se dio cuenta de que estaba embarazada —¡con
gemelos! La unción de Dios es siempre
mayor que lo que pedimos.
Yo creo con todo mi corazón que
realmente estamos llegando al lugar en el que mientras la Palabra de Dios
fluye, va produciendo el verdadero efecto que la Palabra promete. Así que si la Palabra de sanidades fluye,
debes saber que la sanidad ya está haciendo explosión en tu cuerpo. Tu milagro ya ha sucedido.
Muy a menudo, mientras estás leyendo
la Palabra por ti mismo, o estás escuchando a un predicador de la Palabra
ungido, vas a sentir la paz y el gozo de Dios, y sentirás fe brotando en tu
corazón. Mientras la Palabra fluye y tú
hallas que has sido fortalecido para recibir tu milagro, ese es el momento de
decir: “Señor, yo recibo mi sanidad justo ahora.” Ese es el momento de decir: “Yo recibo Tu
restauración para mi matrimonio.” Ese es
el momento de decir: “Yo recibo Tu rompimiento para mis finanzas.”
Tú no tienes que esperar hasta que un
líder de la iglesia, o un amigo ore por ti.
Cada vez que tu fe es fortalecida mientras escuchas la Palabra, libérala
mediante tu boca para recibir tu milagro, ¡porque la Palabra de Dios está ahí
para bendecirte!
Pensamiento Del Día
Mientras la Palabra de Dios fluye, va
produciendo el verdadero efecto que la Palabra promete.
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