Isaías 53:4
Ciertamente El llevó nuestras
enfermedades, y cargó con nuestros dolores...
Imagina la terrible enfermedad de la
lepra comiéndose a un hombre en vida. El
pobre leproso de Mateo 8:2 ya no podía soportar su sufrimiento, así que salió a
la luz pública buscando a Jesús. Él
necesitaba saber si Jesús estaba dispuesto a sanarlo. Y cuando vio a Jesús, cayó a Sus pies y dijo:
“Señor, si quieres, puedes limpiarme” (Mateo 8:2). El Hijo de Dios miró a este hombre marginado
con Sus ojos llenos de amor, le extendió Su mano, lo tocó y dijo: “Quiero, se
limpio” (Mateo 8:3).
Puede ser que estés sufriendo alguna
enfermedad y preguntándote ¿si Dios quiere sanarte? No estás seguro si Él quiere hacerlo porque
así como has visto a personas ser sanadas, también has visto a personas que no lo
son. Mi amigo, no te fijes en la
experiencia de otras personas. ¡Mira a
la cruz! ¡Tan cierto como que Jesús
llevó nuestros pecados, también cargó nuestros dolores!
Quiero darte hoy un fundamento sólido
para que creer en esta verdad. En Isaías
53, el capítulo sobre la crucifixión de nuestro Señor, se menciona en el verso
cuatro: “Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros
dolores”. Así que, desde el texto hebreo
original Isaías se estaba refiriendo a sanidad física.
Una vez le pedí a un amigo judío que
me leyera este verso en su Biblia Hebrea y me dijera ¿qué significaba? Él me dijo que su Biblia decía claramente que
Jesús había llevado nuestras enfermedades y cargado nuestros dolores.
Si esto no es suficiente, mira Mateo
8:16-17: “… Trajeron a Él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a
los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho
por el profeta Isaías, cuando dijo: ‘Él mismo tomó nuestras enfermedades, y
llevó nuestras dolencias.’” Mateo cita
Isaías 53:4, diciendo que Jesús tomó nuestras “enfermedades” y cargó nuestros
“dolores”. Aquí el contexto también se
refiere a sanidad física.
Mi amigo, si tan solo crees esta
verdad, tus días de enfermedad habrán acabado.
Tú caminarás en mayor sanidad porque Aquel que ciertamente llevó tus
enfermedades y cargó tus dolores, te dice: “¡Quiero, se limpio”!
Pensamiento
Del Día
¡Tan cierto como que Jesús apartó de
ti tus pecados, Él también apartó de ti tus enfermedades!
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