Hebreos
12:2
Puestos los
ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe…
¿Qué
significa poner los ojos en Jesús? Bien,
podemos pensar en eso de esta forma: Si
tú te estás ahogando y alguien pasa junto a ti, tú no solo ves hacia él. Tú
pones tus ojos en él. Cuando tú pones tus ojos en él, tú te volteas hacia
él con la esperanza de que él te rescate.
De la
misma manera, tú pones tus ojos en Jesús con la esperanza de que Él te salve,
te sane y te proteja, porque tú conoces Su gran poder y Su amor sacrificial por
ti. La Palabra de Dios dice que nosotros
debemos estar “puestos los ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe.”
Así es como Dios quiere que nosotros vivamos.
Así
que, si tú tienes una migraña recurrente, mantén la mirada puesta en Jesús. Míralo a Él tomando esa migraña sobre Su
cuerpo en la cruz, y diciendo: “Señor, te doy gracias porque por Tus heridas,
yo he sido sanado” (Isaías 53:5).
Mientras te mantienes mirando hacia Jesús, tu sanador, esa migraña
tendrá que doblar sus rodillas ante Su obra terminada.
Si
tienes escasez financiera en tu vida, solo mantente mirando hacia Jesús con una
expectativa confiada en que Él proveerá para ti y te librará de tu escasez.
“Pero
Pastor Prince, es en verdad así de simple?
Todo lo que tengo que hacer es poner mi mirada en Jesús y Él va a
bendecirme financieramente?”
Si, es
así de simple. El problema con nosotros
es que tenemos la tendencia a mirar hacia nosotros mismos. Pero nosotros no podemos salvarnos, ni
liberarnos a nosotros mismos. Incluso el
Apóstol Pablo luchó cuando él dependía de su propio esfuerzo. Es por eso que él dijo: “Pues no hago el bien
que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico” (Romano 7:19). Fue solo cuando Pablo miró afuera de sí mismo,
hacia Jesús, que él recibió su liberación (Romanos 7:24-25).
Mi
amigo, si tú has estado mirando solo hacia ti mismo, es tiempo de comenzar a
mirar hacia Jesús. Pon tus ojos en Él,
el autor y perfeccionador de tu fe. Y
pronto, tú vas a estar viendo tu sanidad y provisión!
Pensamiento Del Día
Pon tu mirada en Jesús
con la esperanza de que Él te salve, te sane y te proteja, por Su gran poder y Su
amor sacrificial por ti
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