3ª
Juan 1:2 (RVR60)
Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma.
Digamos
que tú ahora estás en tus noventas. Alguien viene y te pregunta: “Señor, usted ha
sido cristiano desde hace mucho tiempo.
Ha visto mucho y ha hecho mucho con Dios de su lado. Ha hecho todo tipo de oraciones también. Así que, ¿qué pondría usted como prioridad máxima
cuando ora por las personas?”
Yo
creo que al apóstol Juan se le hizo una pregunta similar y su respuesta fue: “Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma.” Cuando el
apóstol Juan escribió 3ra de Juan, él ya era un hombre mayor, y
probablemente el único de los primeros 12 discípulos que todavía estaba
vivo. Había pasado mucho tiempo desde
que caminó por última vez junto a su amado Señor, y desde que fue testigo de Su
crucifixión, resurrección y ascensión.
El apóstol
Juan también se había recostado sobre el pecho del Señor en la noche de la
Última Cena. Y yo creo que ahí sobre el
pecho del Señor, él debe haber sentido el latir del corazón del Hijo de Dios —ese
latir amoroso y compasivo que le hacía ir “haciendo el bien y sanando a todos
los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38).
De hecho, dos tercios del
ministerio de Jesús en la tierra, tuvo que ver con sanar al enfermo.
Y
ahora, cerca del final de su vida, y después de todo lo que había oído, visto y
experimentado, el apóstol Juan prioriza, sobre todas las cosas, la salud y la
prosperidad integral. Él dijo: “yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma.” Él conocía el latir
del corazón del Señor. Él sabía que el
Señor quería y siempre va a querer esto para Su pueblo.
Jesús priorizó
la salud divina durante Su ministerio en la tierra. Y Jesús, quien es “el mismo ayer, hoy y para
siempre” (Hebreos 13:8), hará lo mismo para ti hoy. Su corazón sigue latiendo por ti. Él nunca va a perder una oportunidad para
hacerte el bien, para sanar tu corazón roto, tus heridas emocionales y tu
espíritu abatido, ¡y para bendecirte!
Pensamiento
Del Día
El Señor quiere y siempre va a querer salud y prosperidad
integral para Su pueblo.
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