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domingo, 28 de junio de 2015

Sal Sin Pobreza Ni Debilidad

Salmos 105:37
Pero a ellos los sacó con plata y oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
Cuando los hijos de Israel eran esclavos en Egipto, vivían en pobreza y enfrentaban diariamente trabajo duro bajo las órdenes de sus crueles capataces.  Las cicatrices y los azotes recientes de los látigos de sus amos cubrían sus cuerpos.  El terrible calor de Egipto, les causaba terribles llagas que supuraban.  Muchos de ellos estaban encorvados debido a las largas horas que pasaban cargando toneladas de ladrillos y adobe.  Trabajando como esclavos durante largas horas, bajo condiciones duras, les restaba años.  Y sin la alimentación adecuada, muchos de ellos eran personas débiles y demacradas.
Pero algo les sucedió la noche de la Pascua (Éxodo 12).  Con la sangre del cordero aplicada en los dinteles de sus puertas, ellos entraron en la protección de Dios.  Y dentro de sus casas, según lo instruido por Dios, ellos comieron el cordero asado en fuego.
Creo que aquellos que estaban ciegos, comieron los ojos del cordero, creyendo que los ojos perfectos del cordero les daría una visión perfecta.  Si ellos tenían alguna enfermedad del corazón, ellos se comieron el corazón del cordero, creyendo que sus corazones palpitarían fuerte otra vez.  Y si ellos eran cojos, se comieron las patas del cordero, creyendo que pronto ellos estarían saltando como corderos.
Y cuando la mañana llegó, algo nuevo y milagroso les sucedió.  Ellos salieron con Dios, ya no más como esclavos, sino como personas libres.  Ellos ya no eran más pobres y necesitados, sino poseían plata y oro que los egipcios les habían dado.  Y ninguno de ellos —que eran cerca de 2.5 millones— era débil o enfermizo.
Si esto era lo que los hijos de Israel experimentaron después de comer el cordero pascual, que solamente era una sombra o tipo de Cristo, ¿cuántas más bendiciones vamos a experimentar nosotros que hemos entrado en la cobertura de la sangre preciosa de Jesús, el verdadero Cordero de Dios?
Cuando tú pones tu confianza en el Cordero de Dios que fue quemado por la furia del juicio de Dios destinado para nosotros, ¡tú vas a salir diariamente, sin pobreza, ni debilidad, sino provisto abundantemente y divinamente fortalecido en Cristo!
Pensamiento Del Día

¡Pon tu confianza en Jesús y sal diariamente provisto abundantemente y divinamente fortalecido!


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