Levítico
1:5
Entonces
degollará el novillo delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón
ofrecerán la sangre y la rociarán por todos los lados sobre el altar que está a
la entrada de la tienda de reunión.
Cuando
los hijos de Israel estaban en el desierto, Dios los instruyó para que construyeran
un tabernáculo, como el lugar de encuentro entre Él y ellos. Cerca de la puerta
del tabernáculo había un altar. Este representa la
demanda que Dios hace sobre la justicia del hombre. Por esta razón, la ofrenda tenía que ser degollada,
su sangre rociada por todos los lados sobre altar, y su cuerpo quemado en el
altar, antes de que uno fuera contado como digno de entrar en la presencia de
Dios.
El rociar
la sangre del novillo o del macho cabrío por todos los lados sobre el altar, significaba
que los israelitas estaban bajo la cobertura de la sangre de ese animal. Aún cuando ellos cometieran pecado, sus
pecados estaban cubiertos por la sangre, hasta el próximo sacrificio.
La
sangre representaba la sangre Jesús derramada por nosotros en la cruz. Aunque, Su sangre vale mucho más que la sangre
de los novillos y machos cabríos, porque Su sangre es efectiva para siempre! De hecho, Su sangre ha cumplido cada una de
las demandas de Dios sobre el hombre, al punto que Dios está completamente
satisfecho que ahora Él disfruta el sabor del descanso en lo que Su Hijo ha
hecho.
Tú
también puedes descansar sabiendo que Dios está completamente satisfecho
contigo a causa del sacrificio perfecto de Cristo. Incluso si tu caes en pecado, tú puedes
regresar a la sangre de Jesús. Tus
pecados no están simplemente cubiertos por Su
sangre, en la manera en que la sangre de los novillos y machos cabríos cubrían
los pecados. No, ¡Tus pecados han sido
lavados por Su sangre! (Apocalipsis
1:5). De hecho, ¡Dios nunca más se
acordará de tus pecados e iniquidades! (Hebreos 8:12; 10:17).
Jesús fue
tu ofrenda perfecta, colocada en el altar del sacrificio. Por una sola ofrenda de Sí Mismo, “El ha
hecho perfectos para siempre
a los que son santificados”
(Hebreos 10:14). ¡Jesús no solo
te ha santificado o hecho santo, Él te ha hecho perfecto para siempre! Hoy, tú puedes entrar confiadamente a la
presencia de Dios, porque Él te ve de la misma manera en que Él ve a
Jesús. ¡Él te ve perfecto para siempre
porque tú estás en Cristo!
Pensamiento Del Día
¡Jesús no solo te ha santificado
o hecho santo, Él te ha hecho perfecto para siempre!
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