Y él dijo: He aquí yo veo cuatro
varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el
aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
Daniel
3:25
Cuando los amigos de
Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego, fueron arrojados al horno ardiente por
Nabucodonosor, ¿adivine quién apareció? ¡Jesús! Él estaba allí en el horno con ellos para
protegerlos y librarlos. Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron del fuego totalmente ilesos –“ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban
intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.” (Daniel 3:27)
Amigo, cuando tú
atraviesas una prueba ardiente, el Señor no está en algún lugar lejano
diciendo: “Si, desde la comodidad de mi trono celestial, yo puedo ver por lo
que tú estás pasando. Aunque no esté
contigo, yo puedo verte, así que resiste, ¿está bien?” No, Él está justo allí contigo en tu prueba.
No solamente eso, Él te protegerá y te librará. La Biblia dice que: “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la
tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios
10:13)
Así que, cualquiera que
sea la prueba ardiente por la que estás atravesando hoy, Dios está allí contigo. Él te protegerá, te confortará y te dará la
salida. ¡Pon tu mano en Su mano, y deja que Él te
saque del “horno” sin siquiera el olor del fuego de tus circunstancias
negativas!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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