Tú preparas mesa delante de mí en
presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando. Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR
moraré por largos días.
Salmos
23:5-6
Con el corazón roto y devastada cuando su hija de
18 años de edad le dijo que la odiaba y dejó su casa, una madre de Texas
desarrolló hipertensión arterial y comenzó con una hemorragia grave.
Un día, sintonizó uno de mis programas y me escuchó
predicar sobre la obra terminada de
Jesús en el Calvario. Ella adquirió
mi serie sobre la Comunión de la Santa Cena y la tomó todos los días, mientras buscaba que la obra terminada del
Señor sanara su cuerpo y restaurara su relación con su hija.
Seis meses más tarde, esta misma madre me escribió
para contarme que estaba sana de la hipertensión arterial y ya no tenía
hemorragia. Dios también había restaurado su relación con su hija, que había
vuelto a casa. Hoy, ella está tomando la
Comunión de la Santa Cena diariamente con su marido y sus hijos, y experimentando la vida familiar bendecida
que antes sólo había soñado.
Amado, no importa cuán mal parezca que están las
cosas ahora, descansa en la obra
terminada de Jesús a través de acercarte a la mesa del Señor, ¡y recibe tu
victoria, restauración y plenitud!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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