El Señor responderá, y
dirá a Su pueblo: “He aquí, Yo os enviaré grano, mosto y aceite, y os
saciaréis de ello...
Joel
2:19
Un hermano de Nueva Zelanda compartió conmigo un
increíble testimonio de sanidad. Después
de someterse a dos cirugías, fue diagnosticado con cáncer de próstata en grado
ocho, y tenía un reporte médico desalentador de parte de su especialista.
Una pareja de ancianos de su iglesia, lo ungió con
aceite y oró por él. Él sintió el poder de Dios fluir a través suyo. Como seguimiento, su esposa le ungió cada
noche con aceite, y juntos oraron y tomaron la Santa Cena. Sus síntomas empezaron a desaparecer y comenzó a sentirse mucho mejor. En su próxima
revisión médica, su especialista estaba asombrada. Ella declaró que el informe de su análisis de
sangre era “fantástico” porque mostraba todos los indicadores dentro del rango normal.
Amado, el
pan, el vino y el aceite representan la obra terminada de Jesús en la cruz. Jesús
proveyó Su propio cuerpo para ser castigado por la sanidad de tus enfermedades
y aflicciones. Descansa en la realidad de que ¡por Sus llagas somos nosotros
sanados!
Viendo a través de los ojos
de la fe,
Joseph
Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario