Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación.
Santiago
1:17
Muchas veces, buscamos solamente grandes
expresiones del amor de Dios para sentirnos amados y favorecidos por Dios.
Mi amigo, no
busques solamente las grandes bendiciones.
Bendice a Dios cuando las recibas, pero busca las pequeñas bendiciones y
las muestras de Su amor que Él derrama sobre ti cada día. ¿Ese pequeño bebé que te sonrió? ¡Ese
es Jesús guiñándote el ojo desde el cielo!
¿Esa pequeña nota de ánimo de un colega?
¡Dios movió el corazón de esa
persona para bendecirte y para demostrarte que Él tiene cuidado de ti! ¿Qué hay de la salida de compras de ayer en
la que encontraste un artículo que había estado buscando, a precio
especial? ¡Ese es Dios poniéndote en el lugar correcto, en el tiempo correcto!
Amado, no
busques solamente lo espectacular para ser feliz y pierdas todos los pequeños
favores del cielo. Son las pequeñas cosas las que importan en la
vida –una nota, una sonrisa, un abrazo. Los buenos regalos de tu Padre celestial a
veces vienen en paquetes pequeños, así como el maná del cielo. Mira
en ellos lo mucho que Él te ama, que se preocupa por el más mínimo detalle de
tu vida, y que está pensando en tu bien
durante todo el día.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph
Prince
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