Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el
poder de Dios para la salvación de todo el que cree...
Romanos 1:16
Si has estado en
seminarios motivacionales, probablemente has escuchado a los oradores decir:
“Si sigues estos cinco pasos, llegarás al lugar de crecimiento
financiero.” Ellos probablemente te
habrán dicho también que si no alcanzas el éxito, es porque no seguiste esos
pasos de la manera correcta, es decir diligentemente.
¡Gracias a Dios que el
evangelio o las buenas nuevas no funcionan de esta manera! En el
mismo minuto en el que tú escuchas o lees las buenas nuevas, y las crees y las
recibes, Su Palabra va hacia adelante para sozo
(la palabra griega que significa “salvar”) a
ti, dándote plenitud en todas las áreas de tu vida, “pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree.”
¿Cuáles son las buenas
nuevas? Son que Dios nos ama tanto que nos dio a Su Hijo para que tomara nuestro
castigo, de manera que nosotros podamos tener Sus bendiciones sin tener que trabajar
por ellas. Justo ahora, mientras
estás leyendo este devocional, escuchando a un pastor o viendo la grabación de
una prédica, al estar escuchando la
Palabra de Dios, Su poder es liberado sobre tu situación, resolviendo las cosas
para ti, y cambiando tu situación por completo, para tu bienestar.
En Hechos 14:8-10, vemos
a Pablo predicando las buenas nuevas en Listra.
Un hombre que era cojo de nacimiento estaba escuchando a Pablo. Pablo, viendo que él tenía fe para
ser sanado, le dijo: “¡Levántate
derecho sobre tus pies!” ¡Y el
hombre dio un salto y anduvo! Él escuchó las buenas nuevas, las creyó y fue
sanado.
En una conferencia de
liderazgo en Oslo, Noruega, en la que yo estaba como orador, un pastor
compartió cómo un muy respetado hombre de negocios de su iglesia había sido
sanado mientras escuchaba uno de mis mensajes grabados. Este hombre era sordo de un oído. Y cuando estaba escuchando mi enseñanza en
esa grabación, ¡su oído sordo se abrió de golpe sin que nadie impusiera manos
sobre él, ni orara por él! Él solamente
estaba escuchando las buenas nuevas
cuando su oído se abrió. Ahora, esto es
a lo que llamo el poder de Dios para su
salvación, sozo-andole a él, ¡haciendo plena su capacidad auditiva!
Mi amigo, estos milagros
suceden no porque sigamos fielmente algún tipo de fórmula, sino porque escuchamos la predicación de las
buenas nuevas, ¡y simplemente la creemos!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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