El cual [Jesús] fue entregado por causa de nuestras
transgresiones y resucitado para nuestra justificación.
Romanos 4:25
La Biblia nos dice que Cristo fue entregado a causa de nuestros
pecados y resucitado de la muerte para nuestra justificación. Puede que tú ya sepas por qué Jesús murió por nuestros pecados, pero, ¿conoces el significado de Dios resucitándole de entre los
muertos?
Permíteme darte una ilustración para
ayudarte a comprender el significado de la resurrección de Jesús. Digamos que estás viviendo en un país extranjero. Un día, por casualidad rompes una regla
importante en ese país. Tú apelas al rey
por misericordia. Él dice: “Una regla es una regla. Yo no puedo cambiar esa regla por ti. ¿Qué dirían los otros acerca de mi
integridad? Sin embargo, si logras encontrar
un sustituto para que tome tu castigo
—tres meses en la cárcel— yo lo permitiré.”
Por la gracia de Dios, tú
encuentras a un sustituto voluntario. Él va a prisión en tu lugar y tú no lo ves durante algún tiempo. Pasan los días, las semanas y los meses.
Ahora, ¿cómo o cuándo sabrías tú que
tu crimen fue totalmente pagado? ¿Cuándo
podrías sentirte tranquilo con respecto a ese crimen? ¡Será solo cuando veas a tu sustituto caminar
libre de nuevo! Cuando lo veas fuera de prisión, tú sabrás que la sentencia fue completamente cumplida. Tú sabrás que ahora estás justificado
y que nadie puede presentar cargos
contra ti, por tu antiguo crimen. Ya no tendrás temor de que el rey o sus
guardias vengan por ti, porque sabes que aquel que fue castigado en tu lugar,
ahora camina libre.
Amado, Jesús, tu sustituto, pagó la deuda que tú no podías pagar. En la
cruz, Él llevó los pecados de toda
tu vida. Dios los puso todos en Jesús y luego Él castigó a Jesús por cada uno de
esos pecados, hasta que Él estuvo completamente satisfecho. Y
debido a que Él estaba tan complacido con lo que Jesús había hecho, Él lo
resucitó de los muertos.
Hoy, la tumba de Jesús permanece vacía.
¡Él no está ahí porque Él ha
resucitado! Su resurrección y la tumba vacía, serán para siempre nuestra garantía
de que hemos sido completamente justificados. Tú ya
no tienes que tener temor del juicio de Dios por tus pecados. ¡Su justicia está de tu lado hoy!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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