“Muerte y vida están en
poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.”
Proverbios 18:21
Muchas personas, cuando
quieren algo desesperadamente, dicen cosas como esta: “¡Estoy muriendo por ese
pedazo de pastel!” Pocas dirían: “¡Estoy
viviendo por ese pedazo de pastel!”
Lo que es peor es que somos rápidos para mencionar la muerte
cuando las cosas van mal. Las personas
de Singapur, somos rápidos para decir cosas como: “¡Me muero! ¡Me muero!” en un
abrir y cerrar de ojos. Nadie dice: “¡Yo
vivo! ¡Yo vivo!”
Aun así, la verdad es que cada palabra que tú hablas
tiene poder —para construir o
para destruir esperanzas y sueños, para restaurar
o para causar pérdida, para sanar o para quebrar el espíritu, para traer
alegría o desesperación, para bendecir o maldecir— porque la Palabra de Dios nos dice que muerte y vida están en poder de la lengua.
Así que, deja de alinear
tus palabras a las situaciones negativas.
En cambio, comienza a alinear tus
palabras a la Palabra de Dios y libera el poder de Su Palabra sobre ti.
Por ejemplo, en vez de
hablar de escasez y pobreza, di: “La Palabra de Dios me dice que las cosas
buenas ya están aquí. Por lo tanto yo declaro que mi vida es bendecida. Declaro que mi vida es exitosa. Declaro que mi vida
es grandiosa. ¡La
oscuridad y la tristeza, la pobreza y la enfermedad, la derrota y la depresión,
no estarán en mi vida!”
En vez de hablar de
enfermedad y muerte, di: “Yo voy a vivir
mucho tiempo. No voy a morir joven. Jesús murió joven por mí, para que yo pueda vivir mucho tiempo por Él. Yo soy la justicia de Dios en Cristo y la Palabra de Dios declara
que ningún mal sobrevendrá al
justo. ¡Así que, ningún mal vendrá sobre mí, ni ahora, ni en el futuro!”
En vez de hablar temor
por tus hijos, di: “La Palabra de Dios declara que la simiente del justo será librada. Por lo tanto, mis hijos son librados de toda maldición, de todo poder de las tinieblas y de
toda maldad. ¡En el nombre de Jesús, yo llamo un futuro grandioso, brillante y bendecido,
para mis hijos!”
Dios quiere que tú tengas una vida llena de días
buenos y de abundancia de toda cosa buena. Así que
di: “¡En el nombre de Jesús, yo llamo
que las bendiciones, el favor, la salud, la provisión, la protección, el
dominio y el poder llenen mi vida!”
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario