Medita En
Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un Hombre
que luchó con él hasta el amanecer… Él tocó la cadera de Jacob y la dislocó… “Tu
nombre ya no será Jacob,” le dijo el Hombre. “De ahora en adelante, serás
llamado Israel… Entonces bendijo a Jacob allí. (Génesis 32:24–29, NTV)
La mayoría de la gente se habría dado por vencida con Jacob, el
engañador y manipulador intrigante. Pero no Dios.
Una noche, mientras trataba de apaciguar al hermano a quién había
robado, Jacob se encontró con el Señor. Él
se agarró del Señor y durante horas trató arrebatar una bendición Suya. ¿Qué hizo el Señor? Él tocó la cadera de Jacob y se la dislocó, de
modo que Jacob terminara indefenso
ante el Señor.
El Señor cambió a Jacob esa noche. Él le mostró a Jacob cómo fue que solo cuando él
dejó de agarrarlo y su lucha finalmente ceso, que Su gracia pudo fluir. Esa noche, Dios cambió el nombre de Jacob de “engañador”
a “príncipe” (Israel), y le añadió bendiciones que estaban más allá de sus
propios esfuerzos.
Verás, no podemos estar
luchando por las bendiciones de Dios. Es
hasta que renunciamos a nuestras propias maquinaciones, engaños y
manipulaciones para salir adelante en la vida, y confiamos completamente en Su gracia solamente, que Su provisión
fluye sin cesar.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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