Medita En
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni
la pestilencia que anda en tinieblas, ni la destrucción que hace estragos en
medio del día. (Salmos 91:5–6)
Me encanta cómo el
Salmo 91 nos recuerda que tenemos protección las 24 horas del día. Sea de noche o sea de día. En la oscuridad o en medio del día. Sea que nos enfrentemos a terror o seamos
confrontados por flechas. Sea que la
pestilencia amenace o la destrucción haga estragos. ¡Nosotros no
debemos tener temor porque nuestro Dios, que nos cuida, no se adormece ni se duerme!
(Ver Sal. 121:3-4)
La realidad es que el
mundo en que vivimos parece estar envuelto en noticias negativas y temor. A menudo escuchamos noticias sobre ataques
terroristas sin sentido en contra de civiles inocentes, accidentes horribles
que arrastran múltiples víctimas o una epidemia que afecta a comunidades
enteras y causa que cientos de bebés nazcan con deformidades. Sé que muchos no pueden evitar tener temor porque
estas mismas tragedias les pueden suceder.
Pero, amado, quiero
que sepas que en medio de todo lo que está sucediendo en el mundo, tú puedes
vivir sin temor, y esto viene de conocer al Señor como el Dios de paz.
El capítulo 15 de
Romanos termina con el apóstol Pablo diciendo: “El Dios de paz sea con
todos vosotros.” (Rom. 15:33) Puede
que te preguntes, ¿no está Dios con nosotros todo el tiempo? ¿Por qué, entonces, Pablo dijo
específicamente: “El Dios de paz sea con
todos vosotros”? Lo que Pablo estaba
declarando sobre estas personas era que Dios se manifestara como el Dios de paz
en sus vidas. En otras palabras, aunque
Dios siempre está con nosotros, no siempre lo
experimentamos como el Dios de paz.
¿Sabes lo que sucede
cuando Dios se manifiesta como el Dios de paz en tu vida? Romanos 16:20 nos dice: “Y el Dios de paz aplastará a
Satanás bajo tus pies en breve. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea
con vosotros. Amén.”
¿Ves lo que el Dios de
paz hará en tu vida? ¡Él aplastará todo temor,
toda preocupación y toda ansiedad!
¿Puedes notar también la
gracia en ese versículo? La gracia —el favor inmerecido de Dios, que no
hemos ganado y del cual no somos dignos— es lo único contra lo que el diablo no
tiene defensa. Por eso ponemos nuestra
fe en la sangre de Jesús cuando hablamos de protección. Su sangre sin pecado fue derramada para pagar
el precio de nuestra culpa. Y debido a
que Jesús pagó el precio, nosotros, los que estamos en Él tenemos el derecho a
caminar en salud y protección divinas. La
gracia nos califica para la protección integral de Dios. ¡Amén!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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